
Ciudad
Romana de Pollentia
Introducción
Los
restos de la ciudad romana de Pollentia se encuentran al norte de
la isla de Mallorca, concretamente en el término municipal
de L'Alcudia; en un privilegiado emplazamiento sobre la escarpada
península que separa las preciosas bahías de Alcudia
y Pollença.

Existen
noticias desde el siglo XVII sobre distintos hallazgos que hacían
presagiar la existencia de una ciudad romana en la zona, sin embargo,
no fue hasta mediados del siglo XX cuando comenzaron a estudiarse
y a ponerse en valor los restos gracias al trabajo de la Fundación
norteamericana Bryant. En la actualidad, los vestigios conservados
de la ciudad romana siguen siendo objeto de estudio, constituyendo
sin ningún género de dudas el yacimiento más
importante de las Islas Baleares.
Aproximación
histórica
Los
orígenes de la ciudad romana de Pollentia podrían
remontarse a las últimas décadas del siglo II a.C.,
cuando el cónsul Quinto Cecilio Metelo, con el fin de acabar
con la piratería que encontraba refugio en esa zona del Mediterráneo,
conquistó en el año 123 a.C. las Islas Baleares, fundado
en ellas una serie de asentamientos poblacionales.
De
todos ellos, Pollentia al norte de la isla de Mallorca y la actual
Palma al sur serían los más importantes, siendo levantados
ambos aprovechando antiguos poblados talayóticos. El desarrollo
de Pollentia, cuyo nombre significa "ciudad de poder",
se debió en parte al privilegiado emplazamiento de su puerto
marítimo, alcanzando su punto culminante entre los siglos
I y II d.C. gracias al comercio del vino y del aceite de oliva.

La
decadencia de Pollentia comenzaría hacia el siglo IV, cuando
tras la invasión del pueblo vándalo, la ciudad quedó
abandonada sin ser nunca más rehabilitada, siendo aprovechados
sus restos como necrópolis a partir del siglo VI.
A
tenor de los restos conservados y de los que poco a poco van siendo
descubiertos en las numerosas campañas arqueológicas
que allí siguen practicándose, la Pollentia romana
fue una ciudad dotada de todos los equipamientos prototípicos
del urbanismo romano: contaría con su foro principal presidido
por la curia y los templos de culto religioso, con su zona residencial
en las que aún son reconocibles varias de sus domus, su teatro,
así como las distintas infraestructuras públicas necesarias
para el bienestar de sus habitantes.
Urbanismo
de Pollentia
El
Foro
La
ciudad de Pollentia se disponía en un eje norte-sur rectangular,
ocupando un área aproximada de 16 o 18 hectáreas.
Al sur de la misma, se emplazaba el foro principal, centro de la
vida social y comercial de la urbe. En una posición dominante
gracias a un pronunciado basamento se situaba el Capitolio, principal
edificio de culto imperial de la ciudad, que, a su vez, quedaba
flanqueado por otros dos templetes menores.

Al
otro lado del foro, se ha constatado la existencia de un edificio
de notables dimensiones que bien podría tratarse de la Curia
(edificio destinado a la reunión del Senado local) o de la
Bolsa. Delimitando el foro por dos de sus costados laterales, se
disponían las tabernae: modestos habitáculos
destinados a talleres y establecimientos comerciales.
Al
sur del templo principal ha sido descubierto un misterioso edificio
de pequeñas dimensiones y abierto a los cuatro puntos cardinales
conocido como "ediculum", que, según los
arqueólogos, podría constituir el núcleo central
de la ciudad ya que, a partir de él, parecen engendrarse
siguiendo estrictos conceptos geométricos los distintos viales
que comunican el foro con el resto de la ciudad.
Zona
residencial
La
principal zona residencial de Pollentia, conocida como "Área
de la Portella", se situaba al norte del foro principal, quedando
comunicado con éste a través de una vía porticada
de la cual, partían ortogonalmente distintas calzadas menores
en una casi perfecta disposición viaria.

Se
conservan en el Área de la Portella restos de varias domus
que permiten reconstruir de manera bastante fehaciente la original
disposición de las viviendas de los notables patricios de
Pollentia. Una de las más interesantes es la conocida como
Casa de los Tesoros, construida aproximadamente en el siglo
I d.C. según la tradición romana; con patio porticado
dotado de su correspondiente piscina o impluvium a partir
del cual se disponían las principales estancias de la mansión
como el cubículum o la sala del triclinium.

Algo
más antigua es la denominada Casa de la Cabeza de Bronce,
una vivienda de dimensiones mucho mayores en la que aún es
reconocible parte del persitilo abierto en uno de sus costados
laterales.
El
Teatro
El
teatro principal de Pollentia se ubicaba a las afueras del perímetro
urbano, muy cerca de la línea costera en dirección
sur. El graderío o cavea se encontraba semiexcavado
en la roca aprovechando una suave pendiente, pudiendo albergar aproximadamente
a unos 1500 o 2000 espectadores los cuales, quedaban acomodados
en distintos niveles según su jerarquía social. Muy
probablemente, en el nivel más elevado del graderío
podía ser integrada una estructura de madera para así
ampliar el aforo.
A
un nivel inferior y adaptando su forma al espacio semicircular que
dejaba la cavea se ubicaba la orchestra, donde se
situaban tanto las principales autoridades de la ciudad como el
coro. La scena, bastante perdida, presentaba planta rectangular,
disponiéndose a una altura superior respecto a la orchestra
para así facilitar la visibilidad a los espectadores.

Llaman
la atención varios orificios de considerable diámetro
horadados en la propia roca, los cuales, han sido interpretados
como los espacios sobre los que era posible asentar una estructura
de madera provisional gracias a la cual, podía ser ampliado
el escenario en función de las necesidades de las obras representadas.
Hoy
en día el conjunto se encuentra bastante perdido, aunque
son perfectamente reconocibles tanto el graderío con sus
escaleras de acceso, así como una serie de cuevas naturales
abiertas en la propia ladera y que, posiblemente, serían
aprovechadas como dependencias del teatro.
La
Muralla
Se
conservan a lo largo de las ruinas varios lienzos de la muralla
que cercaba el perímetro de la ciudad protegiéndola
de posibles atacantes tanto terrestres como marítimos. A
tenor de lo conservado, han podido ser distinguidas dos fases: una
primera datable en el siglo I d.C. de la que han sobrevivido escasos
vestigios, y una segunda del siglo III que se correspondería
a una ampliación o un replanteamiento urbanístico
de la ciudad.

Otros
restos
Es
de suponer que, como una ciudad de cierta relevancia política
en la época imperial, Pollentia contaría con con una
digna red de infraestructuras y obras públicas encaminadas
a dotar a sus habitantes de las mayores comodidades posibles.
Así, se ha podido constatar la existencia de un acueducto
que, desde las zonas más elevadas de la Sierra de Tramontana,
abastecía de agua a la ciudad.
En
la actualidad, el conjunto arqueológico de Pollentia continua
siendo objeto de distintos estudios que están permitiendo
sacar a la luz nuevos descubrimientos, entre ellos, varias áreas
que, a partir de que la urbe entrase en decadencia, fueron habilitadas
como necrópolis.
Un
pequeño museo habilitado junto a las ruinas permite al visitante
contemplar distintos objetos aparecidos durante las excavaciones
arqueológicas: esculturas, objetos de vidrio, piezas cerámicas
algunas policromadas, monedas, joyas, aparejos relacionados con
la industria pesquera, cascos, estétera.
(Autor
del artículo/colaborador de ArtEEspañA:
José Manuel Tomé)