
Prehistoria
La Prehistoria es el periodo
histórico más largo de la historia que abarca desde
la aparición del ser humano hace unos 2,5 millones de años,
hasta la invención de la escritura, hace unos 5.000. Al no
poder recurrir a documentos escritos, esta ciencia tiene que basarse
en los documentos materiales, provenientes de investigaciones arqueológicas
y hallazgos de arte mobiliar. Dentro de la prehistoria, es en el
Paleolítico Superior, hace aproximadamente unos 40.000 años,
cuando se produce la aparición del arte en distintas localizaciones
de Europa y Asia.
Se ha hallado arte prehistórico
en todos los continentes habitados, y en un principio parece no
tener un condicionante estético en su aparición, sino
que está ligado a un rol social, relacionado con las creencias
místico-religiosas, por lo que su estudio debe contemplar
puntos de vista antropológicos, históricos y arqueológicos
y, no tanto, estéticos.

La sociedad del Paleolítico
Superior todavía estaba inmersa en una economía depredadora,
basada en la caza y la recolección de vegetales, lo que suponía
una existencia de vida nómada, en la que se utilizaba normalmente
como hábitat cuevas que estas gentes encontraban en su camino.
Es por esto que ha sido en cuevas donde se han encontrado las manifestaciones
más importantes de arte paleolítico y es la razón
de que este arte se llame rupestre o parietal. Entre las técnicas
utilizadas en estas cuevas destaca la pintura dada directamente
sobre la roca de paredes y techos, aunque también se emplea
el grabado y otras técnicas complementarias y existen cuevas
con representaciones escultóricas.
Aparte
del arte rupestre, se han encontrado estatuillas de mujeres que
exaltan sus atributos femeninos, a la manera de diosas de la fertilidad,
y objetos relacionados también con este culto. Este tipo
de arte se conoce como mobiliar, por su posibilidad de ser transportado.
Entre estas esculturillas de figuras femeninas paleolíticas
llamadas "venus" detacan las de Willendorf, Laussel y
Lespugue.
En las cuevas, las representaciones
mayoritarias suelen ser de especies animales, aunque se han encontrado
también signos abstractos e incluso manos
La representación
de la fauna de la época y escenas bien claras de caza, parecen
conectar estas imágenes con ritos propiciatorios para este
menester. La ubicación en lugares de difícil acceso
dentro de estas cuevas de muchas de las representaciones artísticas
las relaciona también con la posibilidad de que estos lugares
representaran santuarios para la espiritualidad animista de la época.
Entre la gran cantidad de
cuevas existentes con representación artística prehistórica,
destacan las de la zona francocantábrica (sur de Francia
y norte de España), donde se localizan dos de las más
importantes: las cuevas de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria)
y Lascaux (Francia). En ambas los artistas trabajaron el naturalismo
en la representación de las figuras y usaron policromía.
También en el sur de Francia se encuentran las cuevas de
Rouffignac y Niaux, y en el norte de España, la cornisa cantábrica
presenta gran cantidad de ejemplos, todavía en investigación,
como las Tito Bustillo o El Pindal (en Asturias).
En el Mesolítico
o Epipaleolítico, periodo de transición del Paleolítico
al Neolítico, conviven características del periodo
anterior con lugares donde empieza a darse el pastoreo, la agricultura
y, por tanto, el comienzo de la vida sedentaria. En este momento
la figura humana en el arte se esquematiza y protagoniza la pintura
parietal. Aparecen también formas decorativas sobre materiales
como el hueso, con el que se fabricaban agujas, punzones o bastones
de mando.
En la siguiente etapa prehistórica,
el Neolítico, que abarca desde el año 7000 a.C. hasta
el año 2000 a.C. el hombre crea los primeros asentamientos
y desarrolla la agricultura y la ganadería. En cuanto al
arte parietal neolítico, la figura humana cobra todo el protagonismo,
con una estética muy esquemática. Destaca el estilo
de pintura esquemática de abrigos (rocas al aire libre),
en la zona levantina de la Península Ibérica en las
que las escenas de caza contienen figuras humanas de forma esquemática.
La escultura destaca la
representación de la Gran Diosa Madre relacionada con el
culto a la fertilidad. Son figurillas femeninas, normalmente de
barro cocido, o de piedra, y aparecen en prácticamente todas
las culturas neolíticas de Europa oriental desde las primeras
etapas (como en Khirokitia, Chipre, en Sesklo y Dímini, Grecia,
y sobre todo, en las culturas de Vin?a, Serbia, etc.). También
han aparecido en Lepenski Vir (Serbia), esculturas de seres híbridos,
talladas de forma más tosca sobre grandes guijarros.
En el Neolítico tiene
lugar un gran hallazgo: la cerámica, realizada a torno, con
moldes, o por superposición de anillos. La decoración
de las vasijas suele ser de diseño abstracto o muy esquemático,
encontrándose variantes según el pueblo que la realiza
desde el Próximo Oriente, pasando por África, el Mediterráneo,
Europa y las Islas Británicas. Entre los distintos tipos
cerámicos encontramos la cerámica impresa cardial
(decorada con impresiones de conchas de moluscos), típica
del Mediterráneo, la de bandas con decoración incisa
geométrica, propia de Centroeuropa, o la cerámica
neolítica campaniforme, con dibujos geométricos, inspirados
en la cestería, originaria de España, extendiéndose
después por toda Europa.
En el Neolítico,
las formas sociales y religiosas se afianzan y profundizan dando
lugar a la aparición de monumentos, inicio de la arquitectura,
es lo que se conoce como megalitismo. Este fenómeno cultural
se localiza entre el Mediterráneo occidental y la Europa
atlántica y ocurre desde finales del Neolítico hasta
la Edad del Bronce. Entre los megalitos más importantes están
los dólmenes, tumbas formadas por dos o más piedras
verticales cubiertas por una losa horizontal (dolmen de Aizkomendia,
en Alava), los menhires, monolitos verticales ocasionalmente antropomorfos,
en principio para el culto al sol (como en Bretaña, Francia)
y los crómlechs, conjuntos de menhires y dólmenes
de forma circular con significado religioso (el más conocido
es Stonehenge, en Inglaterra).
A finales del Neolítico
aparece la metalurgia y algunos pueblos desarrollan la escritura,
diferenciándose de esta manera grandemente unas culturas
y otras. Es en este momento cuando surgen las primeras grandes civilizaciones
en Mesopotamia y Egipto, mientras que muchísimos otros pueblos
apenas conocen la metalurgia y siguen más bien pautas paleolíticas.
