
Artes Menores Romanas: artes suntuarias
Los
objetos que englobamos bajo el término "artes suntuarias"
son muy diversos, como por ejemplo, la metalistería decorativa,
las piedras preciosas grabadas y la joyería.
A diferencia
de la mayor parte de la arquitectura y la escultura, que alababan
las hazañas del mecenas, del gobernante o del Estado, las
piedras preciosas y los objetos de plata se destinaban generalmente
al uso personal. Tenían carácter privado.
La
metalistería romana
Debido a que
las clases nobles y ricas, quisieron poseer suntuosas vajillas de
plata como elemento de distinción, se realizaron gran cantidad
de vasijas, copas y platos en este material. Su decoración
suele estar relacionada con las cultas conversaciones que poseían
sus propietarios durante la cena, aunque también encontramos
el interés por la ornamentación vegetal, como guirnaldas
y hojas de acanto. El tema más frecuente para las copas era
el del dios del vino, Baco.

El tesoro encontrado
en Bascorelae, cerca de Nápoles, se compone de infinidad
de tazas de plata y vasos preciosos. Debió pertenecer a un
personaje de la familia imperial, ya que en uno de sus vasos está
representado el triunfo de Tiberio.
Otro vaso de este tesoro lleva una curiosa decoración de
esqueletos tocando instrumentos musicales. El orfebre escribió
en griego la identificación de los personajes.
Sin
embargo, el material más utilizado para la vajilla y los
elementos utilitarios fue el bronce. Destacan los pequeños
muebles en bronce, repujados o fundidos, y en concreto, un precioso
brasero romano que procede del Templo de Isis en Pompeya y que es
sostenido por cuatro apoyos que representan los pies de un león.
Este material
también se empleó en la mayoría de las piezas
de las armaduras que los soldados portaban en los desfiles, como
son los cascos, las vainas de espadas, los cinturones, etc.
Las
piedras preciosas grabadas
Las gemas se
obtenían de una amplia variedad de piedras: la sarda, la
cornalina, el ónice, la amatista, el granate o el zafiro.
Algunas de ellas se importaban de regiones lejanas como la India.
El término
camafeo se refiere a la figura tallada en relieve en una piedra
preciosa. Nos han llegado numerosos ejemplos, como es el gran camafeo
atribuido a Dioscórides. La escena se divide en tres partes.
En la superior, se sitúan los gloriosos antepasados, entre
los que está Augusto, que se complacen del triunfo de sus
herederos, Tiberio y Livia. La parte inferior, simboliza el mundo
de los vencidos.
Gran cantidad
de gemas se tallaron para los anillos de sello. Los romanos concedían
al sello gran importancia, podía ser visto como atributo
personal, como insignia o distintivo social de las órdenes
de los caballeros y senadores y como signo de autoridad.
En algunas ocasiones,
también se vaciaban grandes nódulos de piedras preciosas
con el fin de servir de vasijas para beber y se tallaban a camafeo.
Debido a la
gran consideración que los romanos tuvieron siempre del retrato,
encontramos retratos en gemas de los gobernantes y de sus familias,
así como pequeñas figurillas independientes.
La
joyería
Los ornamentos
personales se caracterizan por el esplendor de las joyas, que se
lucían en grandes cantidades en collares, brazaletes, broches
y cinturones con hermosas hebillas. Ejemplos, hebilla de Thetford
(Gran Bretaña) o el tesoro de Tènes (Argelia).
El trabajo en
hueso y marfil estuvo muy extendido durante toda la época
romana. Entre las obras de marfil más significativas está
el cofre del Museo Cívico de Brescia, conocido con el nombre
de la Lipsanotheca de Brescia y que está decorado con escenas
del Antiguo y Nuevo Testamento.
De gran valor
son los dípticos consulares, que eran encargados por la nobleza
y su finalidad era conmemorar acontecimientos importantes como matrimonios
y nombramientos. Eran tablillas plegables de marfil adornadas con
diversas representaciones figuradas. Ej. Díptico de Estilicón.
La
cerámica romana
Casi toda la
cerámica romana esté hecha a torno, aunque algunas
piezas, se hacían colocando arcilla en moldes.

En su mayor
parte, la cerámica romana tuvo carácter utilitario,
y se prestó poca atención a la decoración que
no estuviera relacionada con la función de la vasija. Pero
existieron una serie de piezas caras y bien ejecutadas, para la
exhibición o para el servicio de mesa, a menudo muy decoradas,
que se pueden comparar sus equivalentes de metal o de vidrio.
Los estilos decorativos fueron muy variados, desde el naturalismo
hasta las curvilíneas abstracciones.

El vidrio también
ocupó un papel destacado, y poco a poco fue desplazando a
alfarería, sobre todo en copas y vasos.
Artes
menores romanas en España
La orfebrería,
la platería, la metalistería, la cerámica y
el vidrio alcanzaron gran desarrollo en la Hispania romana.
La orfebrería
de tradición ibérica asimiló pronto las nuevas
técnicas y formas de los objetos suntuarios y de adorno romanos,
llegando a producir obras de gran belleza. Como por ejemplo, La
pátera de Ontañes (Santander), que está dedicada
a una diosa local, Salus Umeritana, la ninfa del manantial de unas
aguas medicinales. Las figuras representadas en la pátera
se hallan yuxtapuestas y se relacionan idealmente con la ninfa desnuda
y recostada que, desde lo más alto del conjunto, contempla
los sacrificios que se hacen en su honor.
El disco de
Teodosio, hallado en Almendralejo (Badajoz), de plata, es un enorme
plato o "misorium" realizado para una donación
imperial. En este caso el donante es Teodosio, que celebraba diez
años de reinado, según figura en la inscripción
grabada al borde de la pieza.
La decoración
en relieve del interior, refleja al emperador, flanqueado por sus
hijos, Arcadio y Honorio, bajo una estructura arquitectónica.
Teodosio está entregando un díptico a un personaje
empequeñecido y debajo, aparece Tellus (la Tierra), con sus
atributos, que simboliza la prosperidad de su reinado.
La espléndida
cabeza de Augusto tallada en ónice, de Tazazona (Zaragoza),
muestra el alto nivel logrado en la talla de piedras preciosas y
semipreciosas.
La cerámica
de tipo tradicional siguió produciéndose en los alfares
locales para satisfacer las demandas de almacenaje y uso doméstico,
como las grandes tinajas esféricas y las ánforas cilíndricas.
En las grandes ciudades se optó por una cerámica fina,
estampada y barnizada, conocida con el nombre de "terra sigillata".
Ej. Vaso de terra sigillata hispánica procedente de Velilla
(Zaragoza).
