
Arte
Contemporáneo. Introducción
El término
arte contemporáneo ha sido utilizado para designar genéricamente
el arte y la arquitectura realizados durante el S. XX. El cuestionamiento
de los principios artísticos que se inició en las
últimas décadas del S. XIX tuvo una influencia decisiva
en la formación del espíritu crítico propio
del S XX. Esta revolución estética no depende de los
arbitrios de una generación de artistas, ya que estos no
hacen más que traducir las concepciones intelectuales y sociales
de un momento histórico. Por tanto, son los cambios filosóficos,
científicos y políticos los que exigen del arte una
forma diferente de afrontar la realidad.
A
finales del S. XIX y principios del S. XX Europa vivía en
una situación caracterizada por la inestabilidad social,
la rivalidad económica y política entre las distintas
naciones, que desemboca en la Primera Guerra Mundial, y una fecunda
productividad en el ámbito científico e intelectual.
En ello el arte se vio afectado y empezaron a surgir múltiples
corrientes que se denominaron "ismos", eran las diferentes
rupturas con los modelos de belleza dominantes en la época.
No todas las tendencias se suceden linealmente en el tiempo, sino
que muchas son coetáneas y tienen interrelaciones entre sí.
Las vanguardias no se pueden entender intentando establecer un orden
cronológico, hasta la II Guerra Mundial tienen lugar las
primeras vanguardias artísticas o vanguardias históricas,
mientras que pasada la guerra aparecen las segundas vanguardias
y el postmodernismo.

Las raíces
del arte contemporáneo las encontramos a finales del S. XIX.
El Impresionismo y el Postimpresionismo constituyen
un punto de partida para las corrientes del S. XX. Dentro de las
vanguardias históricas, las más destacadas fueron
el fauvismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo,
el neoplasticismo, el dadaísmo y el surrealismo. Todas tienen
una serie de elementos comunes en su ideología, pero no en
lo estilístico. Existe una conciencia de grupo dentro de
cada uno de ellos y lo dejan reflejado en sus respectivos manifiestos.
Niegan el pasado y buscan un nuevo lenguaje expresivo basado en
una visión diferente de la realidad, a la que ya no imitan,
interpretan. El deseo de novedad los lleva a experimentar con el
color, las formas y la composición.
El fauvismo
sustituyó la paleta de tonos naturalistas empleada por los
impresionistas por un fuerte colorido y un dibujo de trazo muy marcado
para crear un mayor énfasis expresivo. George Braque y Henri
Matisse fueron algunos de sus integrantes.

Los expresionistas
valoraron los contenidos y las actitudes emocionales, la expresión
del propio yo, por ello la composición se hace desgarrada
y el color más violento, con contenidos simbólicos.
El primer grupo expresionista se fundó en Alemania y fue
conocido como Die Brûcke (El Puente). Destacan Emil Nolde,
Ernest Kichner, Kart Schmidt - Rottluft y Erich Heckel. A finales
de 1910 se constituyó Der Blaue Reiter (El Jinete Azul),
formado por Kandinsky, Franz Mare y El Lissitsky.
El cubismo
enfatiza la superficie plana y la bidimensionalidad del lienzo y
propone una forma de perspectiva basada en la multiplicidad de los
puntos de vista. En una primera fase, denominada cubismo analítico
los artistas buscaron la descomposición de las formas tridimensionales
en múltiples elementos geométricos a partir de la
fragmentación de elementos cúbicos y proyecciones
planas. En una segunda fase, denominada cubismo sintético,
se desarrollaron experiencias con el collage. Materiales como la
madera, papeles de periódico, fotografías o plumas
se combinaron con pigmentos planos en la composición del
cuadro. Las obras son más decorativas y las evocaciones figurativas
más explícitas.
Robert Delaunay,
Picasso, Juan Gris y Frantisek Kupka son destacados exponentes del
cubismo pictórico y Pablo Gargallo y Julio González
de la escultura cubista en España.
Los artistas
del futurismo italiano, especialmente Gini Severini, Humberto
Boccini, Carlo Cará y Giacomo Balla, trabajaron un estilo
que se ha denominado cubismo dinámico porque se interesaron
por la representación del movimiento y la velocidad a través
de la repetición rítmica de líneas e imágenes.

El cubismo también
influyó en la aparición del arte no figurativo
o abstracto. El suizo Paul Klee produjo algunas acuarelas abstractas.
Los artistas rusos como Maliévich, Rodchenko y Vladímir
Tatlin, evolucionaron hacia un arte abstracto construido geométricamente.
De forma paralela
a Rusia, en los Países Bajos se produce un movimiento denominado
Neoplasticismo. Sus principios se divulgaron a través
de la revista De Stijl, encabezada por Theo van Doesburg y Piet
Mondrian. El método de composición de Mondrian parte
de la utilización de líneas rectas que delimitan rectángulos
de colores primarios. Su meta es destacar la bidimensionalidad de
la superficie del lienzo con el fin de expresar su ideal basado
en la pureza del arte, despojado de lo particular y acorde a las
leyes universales del equilibrio.
El movimiento
dadaísta representa la antítesis del racionalismo
de Mondrian y otros teóricos de la abstracción. Disconformes
con el sistema de valores burgués, eligieron una palabra
sin sentido, dada, para designar su actividad de protesta y sus
obras antiestéticas. Marcel Duchamp, el artista más
conocido, fue el inventor del ready-made, que es la consideración
de objetos cotidianos como obras artísticas, generalmente
esculturas. El más célebre de éstos fue el
famoso urinario titulado Fuente.
Los surrealistas
trataron de ir más allá de la realidad visible asegurando
la superioridad del subconsciente y la importancia de los sueños
en la creación artística. Trabajaron con un estilo
figurativo Marx Ernst, Salvador Dalí, René Magritte
y Van Ray, mientras que a la corriente abstracta pertenecieron Jean
Arp, André Masson, Yves Tanguy y Joan Miró.
Tras la II Guerra
Mundial surgen las segundas vanguardias. La sociedad de consumo
y el capitalismo se desarrollan, el coleccionismo se dispara y el
arte se convierte en un objeto de especulación. Surge tendencias
en contra de estos aspectos, la ironía y el sentido del humor
aparecen en el arte con movimientos como el Pop, mientras
que por otra parte se exaltan los materiales de desperdicio de la
sociedad de consumo en el Arte Povera o Nuevo Realismo
Francés. El Arte Conceptual o Minimal nace con
la voluntad de intelectualizar el arte, de llegar directamente al
intelecto del espectador y el Expresionismo abstracto de
utilizarlo como medio para exteriorizar los sentimientos del artista.
A partir de
1968 se produce un nuevo cambio en la sociedad y esto será
plasmado en la Postmodernidad.
