
Arte
Colonial
El arte colonial
es el que se desarrolla en América durante el periodo de
ocupación española, es decir, desde que Cristóbal
Colón descubre el continente hasta que alcanza su independencia.

América
era un territorio plural, de gran diversidad geográfica,
donde existía una población local con múltiples
culturas y religiones. El objetivo, más allá de asentarse
en el territorio, será el de reducir la pluralidad peninsular
y dar unidad al territorio americano. Comienza así la labor
evangelizadora de conversión al cristianismo y de instalar
el castellano como única lengua.
La
influencia española dominará y se impondrá
a la autóctona. Desde España llegarán al Nuevo
Mundo numerosos artistas que formarán talleres y enseñarán
a los nativos los modelos y estilos de la península, como
son el gótico, renacimiento, manierismo, barroco y neoclasicismo.
Hay que señalar la importancia de la pintura en el proceso
de evangelización, ya que sus temas religiosos y didácticos
tratan diferentes episodios de la vida de Jesús, de la Virgen
y de los santos más populares.
Una vez que
se ha descubierto el continente, tiene lugar su ocupación.
La primera etapa de la conquista se produce en El Caribe.
Será
en Santo Domingo donde mejor se transfiere la cultura española
debido a la inexistencia de una cultura aborigen fuerte. Canteros
y albañiles sevillanos fueron en la primera década
del siglo XVI a atender las obras públicas de mayor importancia.
La Catedral
de Santo Domingo es una obra esenacial ya que se comprueba que
el español adapta a las características del lugar
la experiencia que trae, adecuándolo a las necesidades de
la población.
De traza gótica,
se compone de tres naves a la misma altura con capillas laterales
muy profundas. La iluminación, bebe del románico,
a través de las capillas llega una luz tenue. Estas capillas,
siguiendo la tradición española, están resueltas
con cubiertas individuales y diferenciadas, lo que señala
su independencia funcional y espacial.
En la fachada
principal impera el lenguaje renacentista, tanto en la decoración
como en la estructura arquitectónica.
Otras obras
son La Casa de Diego de Colón, que es el hijo de Cristóbal
Colón y el Hospital de San Nicolás de Bari.
En 1524 se produce
la conquista y fundación de México. El panorama es
absolutamente diferente, ya que aquí entran en contacto con
culturas más desarrolladas. La nueva tarea del español
será la de evangelización. Las órdenes religiosas
de los franciscanos, los dominicos y los agustinos abrirán
las fronteras e irán avanzando en el territorio consolidando
poblados, organizando asentamientos y difundiendo el mensaje evangélico.
Para ello construirán numerosos conventos.
El programa
conventual está formado por una iglesia, un monasterio, un
claustro y un atrio. Son los mismos elementos que conforman los
conventos europeos, pero en América, la escala del monasterio
y de la iglesia se reduce y adquieren un desarrollo inmenso las
partes que no existían en Europa, como es el atrio, que se
acomoda a la costumbre indígena de recibir las ceremonias
al aire libre. En ellos también se catequizaba y se enseñaban
los oficios artesanales.
Junto a los
rincones del atrio se disponen pequeños templetes o "capillas
posas" que marcan el recorrido de las procesiones y sirven
para detener o posar las imágenes.
Al fondo aparece
la capilla abierta o la "capilla de los indios". Era el
lugar desde donde el sacerdote podía decir misa hacia la
multitud del atrio. Responden a la necesidad de albergar a multitudes
que no cabían en las iglesias y a la tradición prehispánica
de los cultos al aire libre. En la capilla abierta, el sacerdote
era el único que estaba a cubierto.
Los atrios aparecerán
amurallados y almenados, sirviendo de ciudadelas que recuerdan a
las fortificaciones medievales.
Las iglesias reiteran la tipología del templo gótico
de una nave profunda, bóvedas de crucería y cabecera
poligonal con contrafuertes. Las portadas presentan los motivos
del gótico isabelino, del renacimiento y del plateresco.
Los espacios internos del convento, celdas, oficinas, talleres,
refectorio, portería, biblioteca, sanitarios, etc., se distribuyen
alrededor del claustro.
El Convento
de Huejotzingo (1550-1570), en el estado de Puebla, es uno de
los primeros conventos franciscanos y el que mejor se conserva.
Se compone de atrio, capillas posas, iglesia, convento y claustro.

La iglesia tiene
una sola nave estrecha con cabecera poligonal y acceso a los pies.
El Convento
de Acolman, fundado por los agustinos, también sigue
estas premisas. Cuenta con pinturas murales muy interesantes, con
un contenido iconográfico concreto ya que es el soporte para
transmitir un mensaje. Encontramos una Crucifixión, la representación
del Juicio Final y a Dios Padre en el trono.
Los dominicos
llegaron más tarde a América situándose en
Oaxaca, Chiapas y Guatemala. Extienden el tipo de planta basilical.
Por ejemplo, la Iglesia de Cuilapan.
A lo largo del
siglo XVI también se construirán numerosas catedrales,
ya que en las principales ciudades de la Nueva España se
establecen diócesis episcopales. Se pueden apreciar ya rasgos
renacentistas y manieristas, como en La Catedral de México,
que se ubica en la plaza y se levanta en parte del viejo solar del
Templo Mayor azteca.
La ocupación
española se extendió a Colombia, Venezuela, Ecuador,
Perú y Bolivia (Imperio Inca). Ejemplo de ello son La Catedral
de Tunja en Colombia, la de Quito en Ecuador, la de Lima o el Santuario
de peregrinación de Copacabana.
El Barroco llegó
de la mano de la Contrarreforma, debido al gran peso que tuvo en
España. Se sirvió del estilo para combatir la difusión
del protestantismo y defender el catolicismo. Por ello, se importarán
numerosas obras de imaginería de escultores españoles
como Martínez Montañés.
Algunos de los
ejemplos barrocos más destacados son Santa Prisca de Tasco
y la Iglesia de Tepotzotlán en México.
Santa Prisca tiene gran singularidad por su sentido verticalista.
Su gran portada-retablo reúne columnas cilíndricas,
salomónicas, un gran medallón central, reloj y estatuas.
Otras obras
son la Catedral, el Palacio de Gobierno y el Convento
de San Francisco en Lima, Perú.
