
Arte de la Postmodernidad
En un primer
momento, el expresionismo, el cubismo, y todas las vanguardias,
tuvieron que enfrentarse a un público hostil y reacio. Pero
tras la primera mitad de siglo, estos movimientos revolucionarios
ganaron prestigio social y fueron admitidos en las academias. Es
lo que conocemos como el triunfo de la modernidad. A partir de entonces,
comenzó a considerarse la modernidad como un fenómeno
perteneciente al pasado y este sentimiento es lo que se ha llamado
Postmodernidad.

El Postmodernismo
es, por tanto, lo posterior a lo moderno. Se desarrolla en la década
de los 80, aunque venía gestándose desde los 70. Recoge
detalles de obras anteriores, recicla técnicas, ideologías
y temáticas de otros movimientos, pero todo ello, visto con
una estética actual. Por ejemplo, un pintor puede encontrar
en los expresionistas alemanes una fuente de inspiración,
en el arte conceptual, o en el minimal art. En la postmodernidad
todo vale.
Como
la propia sociedad se ha convertido en algo complejo y caótico,
al arte, que es un reflejo de la misma, le sucederá lo mismo.
Por tanto, el arte de los últimos tiempos se caracterizará
por la diversidad de las opciones. El mejor ejemplo lo tenemos en
la Documenta de Kassel de 1982.
La Documenta
era una muestra colectiva de arte de vanguardia que se convocaba
cada cinco años en la ciudad alemana de Kassel y que seleccionaba
la nueva vanguardia emergente. En la edición de 1982, se
produjo un gran cambio, ya que su comisario, Rudi Fuchs, presentó
dicha Documenta como la del fin de vanguardia. Es decir, que en
vez de proclamar una tendencia o consagrar un grupo, los mezcló
todos, propiciando contrastes entre generaciones y estilos. Esto
rompió la manera de analizar el arte que se tenía
hasta ese momento, dejando de existir un tipo de vanguardia de desarrollo
lineal.
David Salle,
es una de las figuras más conocidas de la postmodernidad
plástica. Utiliza imágenes pop junto a motivos del
comic o de la tradición artística, de los medios de
comunicación de masas e incluso de las revistas eróticas.
Lo que más llama la atención son las imágenes
conocidas que aparecen en sus cuadros, por ejemplo, las de Solana
o de Géricault, que dan la sensación de estar intencionalmente
mal pintadas. En cuanto a la composición, parece conscientemente
torpe. Las imágenes se superponen unas con otras, como si
el cuadro no terminara de ser considerado como una unidad espacial,
sino como una superficie sobre la que se pueden disponer las imágenes
sacadas de otra parte.
A partir de estas citas en las que recoge diversos estilos, realiza
obras muy personales, como Rolando el demoníaco o La peinadora.
Otros nombres
son Baselitz, Kiefer, Clemente, Chia, Schnabel, Fischel, Basquiat,
Rothenberg.
En España,
los pintores más significativos son Guillermo Pérez
Villalta y Miguel Barceló. Villalta, próximo a la
nueva figuración, emplea las perspectivas al modo clásico
y un mundo de personajes extraídos de la antigua cultura
romana.
Miguel Barceló utiliza una figuración deformada y
desenfada, claramente expresionista, que refuerza con una gran dosis
de calidad matérica, para dar a la textura una dimensión
trascendente. Tras su éxito en la Documenta de Kassel de
1982, ha alcanzado gran proyección internacional.
Arquitectura
postmoderna
Es una tendencia
arquitectónica que reacciona, desde mediados de 1970, contra
los principios del movimiento moderno. Presenta una gran diversidad
tanto desde el punto de vista formal como teórico, agrupándose
bajo esta denominación fenómenos muy dispares. Todos
ellos, tienen en común, la denuncia de los principios defendidos
por el Racionalismo arquitectónico y estilo Internacional,
como son el principio funcionalista, que afirma que la forma es
consecuencia de la función, la planta libre y la desnudez
ornamental.
La postmodernidad
propugna un arte que se identifique con la vida del mundo actual.
Los arquitectos
postmodernos defienden valores como la ambigüedad, la ironía,
la complejidad y la diversidad de estilos, y manifiestan su carácter
ecléctico en la recuperación de referencias históricas.
Los postmodernos
emplearán los órdenes clásicos, ya que así
contradicen a la modernidad que los había rechazado, haciendo
una llamada burlesca a una cultura pasada.
Las figuras
más destacadas son Michael Graves, Charles W. Moore, Robert
Ventura o Aldo Rossi.

Ventura propone
el edificio anuncio, que se compone de un contenedor en el que se
desarrollan las actividades propias de su función y de una
fachada que se levanta como un inmenso cartel publicitario. Lo que
caracteriza a un edificio es la vestimenta, la ornamentación,
el interior es simplemente algo funcional, ya que la comunicabilidad
de la arquitectura reside en la fachada.
Aldo Rossi es
el más famoso de los teóricos de la postmodernidad.
En sus construcciones prima la repetición y sus formas son
monumentales y simples (cúbicas), pero en el exterior, emplea
materiales lujosos y de color y exhibe motivos figurativos e historicistas.
Arquitectura
postmoderna en España
En España,
la variedad de tendencias queda patente en la obra de diferentes
arquitectos.
Algunos están
vinculados a las corrientes posmodernas internacionales, como es
el caso de Ricardo Bofill, que practica un monumentalismo de inspiración
clasicista en los edificios en la Ville Nouvelle de Marne-la -Vallèe,
París, y del Studio Per, cercano a la estética pop
de Robert Ventnuri.
Studio Per,
es un grupo fundado en 1965 por los barceloneses Lluís Clotet,
Óscar Tusquets, Joseph Bonet y Cristián Cirici Alomar.
El belvedere
Georgina en Llofriu (Gerona) y la casa Vittoria Tracino en la isla
de Pantelleria (Italia), obras de Clotet y Tusquets, son buenos
ejemplos del tratamiento irónico que dan a las referencias
clásicas y del gusto por la paradoja.
Otros arquitectos,
sin embargo, asumirán las nuevas propuestas de una forma
parcial o sólo en algunas de sus obras, como Moneo, Linazaroso
o Vázquez Consuegra.
