
Edad
Contemporánea
Se denomina Edad Contemporánea
al periodo histórico comprendido entre la Revolución
francesa (1789) y la actualidad. Es una época
caracterizada por las revoluciones y por las grandes transformaciones
artísticas, demográficas, sociales, políticas,
tecnológicas y económicas.
Con
la Revolución Industrial, surge una nueva sociedad de clases
presidida por la burguesía y se desarrolla el movimiento
obrero. Progresa la ciencia y la tecnología, aparece el automóvil,
el avión, los medios de comunicación de masas y la
sociedad de consumo.
Por otro lado, el inicio
del siglo XX está protagonizado por la Primera
Guerra Mundial y el crack de Wall Street en 1929, que
conducen a una época de recesión y de conflictos que
desencadenarán la Segunda Guerra Mundial y que provocan
una situación de vacío, de desolación y de
pérdida del sentido.
Resumiendo, podemos decir
que Europa vive a comienzos del siglo XX una profunda crisis causada
por todos estos grandes cambios sociales, económicos, científicos,
tecnológicos, por la aceleración histórica,
el progreso, el desarrollo y por la transformación los valores.
En este contexto surgen
las vanguardias artísticas, que buscan un nuevo lenguaje
estético coherente con la nueva sociedad del siglo XX, en
la que se encuentran los automóviles, los aviones, etc.,
y con el hombre moderno, nacido de la revolución industrial.
Se denominan vanguardias
históricas o ismos a los diversos movimientos
de protesta que se suceden entre 1910 y 1940 y que rompen con los
modelos tradicionales propugnando un nuevo lenguaje expresivo y
la libertad del artista.
Se emplea el término
militar vanguardias porque hace referencia a la "primera línea",
a la parte más adelantada del ejército, la que realiza
las funciones de exploración y la que primero se encuentra
con el enemigo. En el campo artístico, la vanguardia es la
"primera línea", es decir, todos aquellos movimientos
que de forma brusca y radical buscaron la renovación y la
ruptura con el pasado.
Entre estos movimientos
de vanguardia de principios del siglo XX destacan el Fauvismo,
el Expresionismo, el Cubismo, el Futurismo, el Dadaísmo,
el Surrealismo y la Abstracción. Cada uno tiene unos planteamientos
diferentes, pero todos ellos quieren la liberación del arte.
La característica
principal es la libertad de expresión y su actitud provocadora,
emplean un lenguaje y un vocabulario que escandaliza y que critica
de forma humorística la cultura y la época del momento.
Publican sus propios manifiestos en los que defienden sus ideales,
reivindican lo original y atacan a todo lo producido anteriormente
por considerarlo desfasado.
El arte abandona la imitación
de la naturaleza y se centra en el mundo interior de los personajes,
en lo sensitivo, en lo conceptual y en el lenguaje de las formas.
Prevalece el inconsciente, la reconstrucción mental de la
obra, exigiéndole al espectador una nueva actitud ante la
obra de arte.
La pintura y la escultura
huyen de la figuración y se encaminan hacia lo abstracto.
Rompen con las líneas, con los colores tradicionales y con
la perspectiva única. Crean diseños geométricos
y la visión simultánea de varias configuraciones de
un objeto. La arquitectura, por su parte, abandonará la simetría
para dar paso a la asimetría.

