Obra
y biografía de Le Corbusier
Introducción
a la biografía de Le Corbusier
Charles Edouard
Jeanneret nació el 6 de Octubre de 1887 en La Chaux-de-Fonds
(Suiza), donde estudió artes y oficios. A los veintinueve
años se trasladó a París adoptando el seudónimo
de Le Corbusier, allí trabajó en el estudio de Auguste
Perret, arquitecto pionero en la construcción mediante hormigón
armado. Después viajó a Alemania para estudiar las
tendencias arquitectónicas de ese país y conoció
a Mies van der Rohe y a Walter Gropius.
Una de sus principales
aportaciones, es su particular definición de la casa como
una máquina de habitar, en consonancia con los avances industriales
que se estaban produciendo en aquel tiempo.
"Es
necesario actuar contra la vivienda antigua, que empleaba mal el
espacio. Hace falta considerar la vivienda como una máquina
para habitar o como un objeto útil".
Le Corbusier
fue también un teórico de la arquitectura. Algunos
de sus escritos más destacados son: "Los tres establecimientos
humanos", "Cuando las catedrales eran blancas" o
"Hacia una arquitectura". En ellos recoge los cinco puntos
básicos que resumen toda su obra:
Gracias a la
tecnología moderna y al hormigón armado es posible
sostener una construcción sobre pilares delgados, realizar
una cubierta plana, disponer una planta libre de gruesos muros estructurales
y abrir ventanas de la longitud deseada.
Posteriormente
formuló otro principio en "El Modulor". Es un compendio
donde intenta establecer las proporciones válidas para los
edificios y los objetos de uso. Es una especie de módulo
constructivo, de medida universal, aplicable a la arquitectura y
a la mecánica, que parte de las dimensiones de la figura
humana (medida de pie y con el brazo levantado) y de sus relaciones
con el espacio del ambiente doméstico y urbano. Recupera
la dimensión humana convirtiendo al hombre en el centro de
la creación.
Principales
obras de Le Corbusier
Villa de
Garches (1927).
Sigue la estética
racionalista de la proporción aplicando sus trazados reguladores.
Las formas están al servicio del establecimiento de volúmenes
armoniosos y quedan desprovistas de todo lo decorativo.
Villa Saboya (1930), en Poissy (Francia).
La Villa Saboya
recoge los cinco puntos básicos de Le Corbusier. Es uno de
los mejores ejemplos del racionalismo debido al funcionalismo, a
la gran simplicidad de formas, a los volúmenes elementales
y a sus exactas proporciones.
La casa se apoya
sobre pilotes. En la planta baja, de pared curva, se ubican el garaje,
las habitaciones para el servicio y un vestíbulo, del que
parten una escalera y una gran rampa que son la columna vertebral
de todo el edificio.
La vivienda
se sitúa en tres de los lados del piso superior y consta
de un gran salón y tres habitaciones con servicios. El cuarto
lado, que va desde la fachada hasta la rampa está ocupado
por una gran terraza. Le Corbusier dijo refiriéndose a la
terraza: "el verdadero jardín de la casa no estará
en el suelo, sino elevado tres metros y medio: éste será
el jardín colgante, desde donde podrá contemplarse
todo el paisaje, mucho mejor que desde abajo.
Desde la terraza-jardín,
siguiendo la rampa, se accede a la cubierta, donde está el
solarium.
La Unidad
de Habitación en Marsella (1947)
Fue un encargo del gobierno para dar vivienda a las familias obreras
al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Es el mejor ejemplo de sus teorías sobre la humanización
de la arquitectura. Levanta un bloque urbano que se basta a sí
mismo como ciudad, proporcionando todas las necesidades elementales
a sus usuarios.
Se eleva sobre
pilares y las plantas libres permiten distribuciones internas variadas.
Tras la Segunda
Guerra Mundial Le Corbusier abandona el purismo geométrico
y se acerca al organicismo, huyendo de la monotonía en la
que había caído el racionalismo. Bajo estos presupuestos
hace la Iglesia de Rondchamp.
Iglesia de
peregrinación de Notre-Dame du Haut en Ronchamp (1952, Francia).
La iglesia se
eleva en lo alto de una colina, antiguo lugar de peregrinación.
Su planta es irregular. El exterior, de gruesos muros blancos curvados
e inclinados ligeramente, forma un volumen compacto, escultórico,
rematado por una enorme cubierta. No existe una fachada principal
ya que se junta la visión de frente y de perfil.
En el interior
crea un ambiente religioso muy intimista matizando las luces, perforándolas
en un muro de forma asimétrica.