
Alberto
Durero. Biografía
y obra
Introducción
a la biografía del pintor alemán Alberto Durero
Alberto Durero
es uno de los artistas más famosos del Renacimiento alemán.
En su producción abundan pinturas, dibujos, grabados y escritos
teóricos sobre arte.
Nació
el 21 de mayo de 1471 en Nüremberg, Alemania. Era hijo de Alberto
Durero el Viejo y Barbara Holfer. La pareja tuvo dieciocho hijos,
pero solo tres lograron sobrevivir. Su padre, un orfebre húngaro,
fue su primer maestro, enseñándole el oficio de orfebre
y joyero.

Tras
trabajar con él durante un periodo de tiempo, el joven Durero
se interesó más por la pintura. El padre accedió
a los deseos del hijo y en 1486 ingresó en el taller de Michael
Wolgemut, el principal productor de retablos, como aprendiz de pintor
y diseñador de grabados.
Allí
permaneció cuatro años, llegando a superar la calidad
artística de su maestro. Después, realizó un
viaje de estudios para ampliar su formación y conocer a otros
artistas. Fue a Colmar con la intención de entrar en
el taller del pintor y grabador alemán Martin Schongauer,
pero el maestro había fallecido. Se dirigió a Basilea
y a Estrasburgo, donde realizó ilustraciones para varias
publicaciones.
En estos años,
su arte refleja una enorme calidad en el trazado del dibujo y una
minuciosa observación del detalle. Finalmente, regresó
a Nüremberg en 1494, ya que sus padres habían concertado
su enlace con Agnes Frey. El matrimonio le aportó el dinero
necesario para crear su propio estudio Nüremberg.
Ese mismo año marchó a Italia y visitó Venecia,
conoció la obra de Bellini, Mantenga y Pollaiuolo. El viaje
duró dos años, pintó castillos, paisajes y
panorámicas, apuntes que después empleará en
sus obras.
El artista se
había formado en un entorno influido por la escuela flamenca
y la tradición gótica alemana. Pero su viaje a Italia
le permitió asimilar los postulados artísticos del
Renacimiento italiano despertando su interés por la geometría
y las proporciones matemáticas.
De regreso a
Nüremberg, Durero comenzó un serio estudio de las matemáticas
y de las proporciones humanas. El dominio de la xilografía
y el grabado hicieron que su fama fuera asentándose y que
elabora un gran número de obras. Destaca la serie de grabados
del Apocalipsis (1498), La Gran Pasión
y la Vida de la Virgen. Aunque la
temática sigue siendo convencional, la técnica es
novedosa. Las figuras están llenas de expresividad y son
tratadas con gran minuciosidad, mostrando multitud de detalles.
Entre 1505 y
1507 visitó Italia de nuevo, pasando mucho tiempo en Venecia.
El objetivo ya no era completar su aprendizaje, sino asentar su
fama internacional. Y tras ser consagrado y reconocido como un artista
de prestigio volvió a Nüremberg. En su ciudad
natal pintó algunas obras de grandes dimensiones como El
martirio de los diez mil, una obra de gran dinamismo en
la que incorpora el colorismo veneciano. También pintó
las tablas de Adán y Eva.

En 1512 fue
nombrado pintor de corte del emperador Maximiliano I y de Carlos
I. Sus últimos años los dedicó a su obra teórica,
Tratado sobre la proporción, publicado en cuatro
libros en 1525.
Finalmente falleció
en Nüremberg en 1528. Es una de las figuras más importantes
del Renacimiento en Europa septentrional, y a través de sus
grabados ejerció una enorme influencia en otros artistas
del siglo XVI.
Obras
más importantes de Albero Durero
Adoración
del Niño (1496-97)
Durero realizó
esta obra al de llegar de Italia y pone de manifiesto todo lo aprendido,
presenta a una Virgen monumental, casi escultórica. La construcción
espacial de la sala también sigue las teorías de la
perspectiva de los italianos, aunque se observan algunos detalles
alemanes, como el paisaje de Nüremberg que se ve a través
de la ventana.
Melancolía
Es la representación
de la virtud intelectual. Es una mujer sentada en un banco de piedra
y está acompañada por un ángel tristón
y un perro a sus pies. Su aspecto es descuidado y su cabello está
despeinado.
Está
absorta, pero no en un trabajo, sino en un estado de inactividad
completa, con la cabeza apoyada en el puño. Está sumida
en una intensa actividad intelectual. No continúa con su
trabajo por pereza, sino porque le parece que no tiene sentido.
A su alrededor aparecen objetos desordenados.
En esta obra,
Durero intelectualiza la Melancolía y la asocia al Arte.
Su ejecución es meticulosa y está sobrecargada de
significados. Sintetiza las características del artista como
genio, atormentado por la creatividad, sometido a sus impulsos,
huraño y solitario.
El
Caballero, la Muerte y el Diablo
Este grabado
alude la virtud moral. Ilustra la vida del cristiano esbozando una
imagen perfecta del soldado de Cristo, con un aspecto monumental
y lleno de la armonía.

Representa a
un caballero cristiano opuesto a un mundo hostil. El caballero es
viril, fuerte y está sereno. A caballo, recorre el camino
de la virtud, que es arduo y lúgubre e intenta vencer los
peligros y las tentaciones que le acechan.
El fondo está
compuesto por rocas y árboles desnudos. A lo lejos, hay un
castillo, que es la meta del caballero: la virtud inexpugnable.
Durante el camino aparece la Muerte a caballo, que es un cadáver
en descomposición, sin mejillas, nariz ni labios y el cuello
rodeado de serpientes. Se acerca al caballero y trata de espantarlo
mostrándole su reloj. Mientras tanto, un horrible Diablo
le sonríe por detrás del caballo.
Adán
y Eva
En estos dos
cuadros se observan las influencias del renacimiento italiano. Realiza
un tratamiento anatómico de los cuerpos, aunque ambos están
idealizados a la manera italiana. Las luces, los colores, el sombreado
y el volumen responden a un tratamiento renacentista.

Los dos personajes
se encuentran de pie y existe una relación entre ellos. Adán
está mirando a Eva, quien recoge la manzana que le ofrece
la serpiente. Y emplea un fondo neutro para no distraer la atención
de la acción que constituye la tentación.
