
Escultura
íbera
Características
generales de la escultura íbera
La escultura
íbera tiene una clara base orientalizante y un fuerte componente
griego, con matices que pueden derivarse de influjos etruscos o
cartaginenses, portadores a su vez de un lenguaje artístico
helénico transformado.

Además,
hay que contar con la personalidad que le imprimieron las propias
sociedades ibéricas. Así, por ejemplo, se aprecia
en las estatuas una ausencia de la proporción y armonía
características del arte griego, no por falta de pericia,
sino por una diferencia de mentalidad. Y es que para la psicología
de los íberos, fue más importante el cuidado de los
detalles que la calidad del conjunto.
El
material utilizado fue principalmente la piedra, especialmente areniscas
y calizas blandas. Las piedras duras, el bronce y el barro cocido
se reservaron para la realización de figurillas de menor
tamaño. Se cree que también se realizó escultura
en madera, dado el cierto estilo lígneo que tienen muchas
de las obras en piedra. Lamentablemente esta estatuaria en madera
no nos ha llegado por su fragilidad.
Las
dos etapas en la escultura íbera
Etapa Orientalizante
Esta etapa arranca
desde el arte tartésico, a su vez inspirado por los fenicios
y, en menor medida y más tardíamente, por los griegos.
A esta escultura corresponde la más arcaica escultura animalística
de la Turdetania y el monumento de Pozo Moro.
Etapa de
Influencia griega
Desde la mitad
del siglo VI a.C y especialmente desde el V, ejerce sobre el pueblo
íbero una fuerte influencia la escultura griega. Será
esta la época más fértil y cualificada de la
escultura íbera. Ciertamente, el estímulo cultural
griego traerá consigo la producción escultórica
más importante.
Desde entonces,
destrucciones y vacíos llenan una etapa de decaimiento.
Ejemplos
de Escultura Íbera más importantes
Relieves
del Monumento de Pozo Moro
Son relieves
en forma de frisos que se encontraron tallados en los sillares que
conforman este monumento y que en ocasiones se hacen continuos a
su alrededor. Pertenecen a la primera etapa de la escultura ibérica
y se fechan hacia el 500 a.C.

En ellos, se
puede ver una clara influencia neohitita, así como en los
leones que hay en las cuatro esquinas del monumento. Son importantísimos
para el conocimiento de la iconografía y la mitología
ibéricas, ya que representan escenas de divinidades, ritos
relacionados con el más allá y figuras monstruosas.
La técnica y las figuras resultan muy toscas.
León
de Nueva Carteya (Córdoba)
Este león
pertenecería a esa primera etapa orientalizante de la escultura
ibérica. Es el mejor conservado de los varios aparecidos
en este lugar y estaría destinado a proteger una tumba. Se
fecha en el siglo VI a.C.
Esfinge de
Agost (Alicante)
Esta esfinge
es uno de los mejores ejemplos de hasta qué punto influyó
el arte griego en el ibérico. Salvo algunas variantes, como
la forma de disponer la cola, seguramente por imperativos del material
empleado, se ajusta perfectamente a los prototipos griegos de mediados
del siglo VI a.C. Seguramente tendría la misma función
que en Grecia: servir de portador de las almas al más allá,
por lo que estaría en una tumba.
La Bicha
de Balazote
Fechable hacia
la segunda mitad del siglo VI a.C., la llamada Bicha de Balazote
es en realidad un toro androcéfalo que está tallado
sobre un sillar de esquina, de manera similar que los leones de
Pozo Moro, y que es una versión de las figuras fluviales
de los griegos.

Debió
estar destinado a un monumento funerario como expresión de
la vida que se deseaba al difunto en el más allá,
ya que el toro era símbolo de procreación y vida.
La Dama de Elche
Este busto,
el mejor ejemplo de la etapa "clásica" de la escultura
ibérica, fechada en el siglo V a.C. Está realizada
en piedra caliza y tiene restos de policromía.

Esta obra de
arte del arte ibérico fue hallada en el Yacimiento de Alcudia
de Elche, en el solar de la antigua ciudad ibérica de Helike.
Actualmente se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional de
Madrid.
Seguramente
este busto formaba parte de una estatua de cuerpo entero (como ocurre
con la Dama de Baza, ya que el corte inferior es muy abrupto e irregular)
Las características
más importantes de la Dama de Elche son:
La Dama de
Baza (Granada)
Escultura de
cuerpo entero realizada en piedra caliza estucada y policromada.
Parece que pudo esculpirse a comienzos del siglo IV. Se halló
en el interior de una tumba de la necrópolis de Baza sirviendo
de urna monumental.
Posiblemente
la Dama de Baza representa a una divinidad de la muerte, representada
según un esquema iconográfico de diosa sedente sobre
un trono alado, muy repetido en el ámbito griego. Tiene unas
características muy similares a la dama de Elche. El rostro
es muy individualizado y personal.
Gran Dama
del Cerro de los Santos
La
Gran Dama Oferente del Cerro de los Santo está realizada
en piedra arenisca y se realizó hacia el siglo II a. C. en
Montealegre del Castillo, en Albacete.
Esta famosa
escultura que se guarda en el Museo Arqueológico Nacional
de Madrid es un exvoto de gran tamaño que representa a una
dama oferente, ataviada según la moda de las damas distinguidas
de la sociedad ibérica, que sujeta en sus manos el vaso de
ofrenda.
Se trata de
una representación humana muy hierática ya que sus
formas son muy rígidas.
