Obra
y biografía de Luis Morales "El Divino"
Introducción
a la Biografía de Luis de Morales "El Divino"
Luís
de Morales (hacia 1515-1586) es un pintor español, nacido
en Badajoz (Extremadura). Tenemos muy pocos datos acerca de su vida
y de su formación, pero se distinguen tres etapas en su aprendizaje.
La primera en Sevilla, al lado del maestro Pedro de Campaña;
otra habla de su "educación portuguesa" y finalmente,
completó su formación en Milán (Italia).
Se sabe que
en 1550 ya estaba casado con Leonor de Chaves, hermana de Hernando
Becerra de Moscoso, un regidor de Badajoz, lo que lo sitúa
entre la sociedad burguesa de la ciudad extremeña. El matrimonio
tuvo cinco hijos, dos varones y tres hijas.
Su actividad
profesional desarrolló en Extremadura y contó con
un taller propio en la ciudad de Badajoz. Fue apodado por sus coetáneos
como "el divino" debido a su predilección por los
temas religiosos. Realizó muchos cuadros para capillas familiares
privadas y numerosos retablos.
Morales creó
un estilo propio. En su producción se observa el alargamiento
de las figuras y el empleo la técnica del esfumado leonardesco.
Sus cuadros presentan un marcado carácter místico.
Están realizados con una gama cromática algo fría,
con gestos idealizados y una técnica minuciosa de origen
flamenco. Todo ello refleja el influjo de diferentes escuelas pictóricas.
Dotadas
de gran sentimentalismo, sus escenas son tiernas y emotivas, presentando
a los personajes sagrados en actitudes cotidianas y cercanas. La
intención es despertar la devoción y simpatía
del espectador.
Otra característica
suya es la piel blanca azulada de sus personajes o los dedos extremadamente
delgados, con nudillos salientes.
Su primera obra
conocida es La Virgen del pajarito (1546).
Obras
más importantes de Luis de Morales
Virgen con
el Niño (1525)
En este cuadro,
Morales ofrece una imagen íntima de la Virgen sosteniendo
al Niño. Los rasgos y las poses han sigo tratados con gran
delicadeza.
Cristo con
el pecador (1550)
El tema no está
demasiado claro, ya que no responde a ningún episodio concreto
de las Escrituras. Probablemente, el pecador alude al ladrón
arrepentido y la obra representa la salvación del ladrón
que se arrepintió.
Consigue dotarla
de la artificiosidad propia del manierismo empleando un colorido
a base de gamas metálicas. El fondo, por el contrario, corresponde
a un paisaje sombrío, húmedo y azulado, que evoca
a Leonardo y a otros autores del norte de Italia.
Virgen con
el Niño (1568)
Se centra en
las figuras de María y del Niño Jesús, situándolas
sobre un fondo negro. El tema elegido es la Virgen de la Leche,
ya que el Niño busca el seno de su madre para mamar. Aunque
Morales, debido al ambiente contrarreformista, no lo muestra al
descubierto.
La finalidad
es provocar en el espectador los sentimientos de ternura y compasión.
La Virgen y el Niño entrecruzan sus miradas, pero la de María
es triste y melancólica, como si se anticipase a las angustias
y sufrimientos de la futura Pasión.
Adoración
de los Reyes (1570/75)
En esta obra
prima la exaltación del sentimiento religioso. Es un ejemplo
del sentimentalismo exacerbado. Los personajes han sido colocados
con poses exageradas y la gama cromática se aleja del colorido
natural. Predominan los tonos fríos con brillos plateados,
creando así una atmósfera artificial.
Ecce Hommo
Se trata de
una tabla pintada al óleo. Realizó numerosas versiones
sobre este tema, llegando a crear una tipología propia.
Representa la
figura de Cristo de medio cuerpo, sobre un fondo neutro, ligeramente
ladeado, con las manos atadas y con la corona de espinas, que mancha
su frente de sangre. No se centra el dramatismo, sino que está
tratada con gran minuciosidad ya que persigue un naturalismo exacerbado.
Los rasgos faciales,
el tratamiento de los cabellos y la musculatura, denotan un profundo
estudio anatómico. Contrapone el colorido frío del
fondo y del manto azulado, con los tonos cálidos de la piel
y del cabello.