A partir de
la dinastía VI se da un periodo de decadencia en el que se
repite mucho lo anterior. Sin embargo, en el Imperio Medio, especialmente
en la dinastía XI se da un renacimiento.
En esta época
existen distintas escuelas y talleres de escultura. Así,
aparecen dos tendencias principales: una seguirá el idealismo
del Imperio Antiguo, mientras que la otra, que es más interesante,
va a realizar retratos de faraones más realistas aún
y con retrato psicológico.
Una
novedad de este momento es la aparición de representaciones
del dios Osiris con la imagen del faraón, en pilares y en
estatuas, pero esto será más importante en el Imperio
Nuevo.
La posición
de las manos en las esculturas sedentes cambia. Aparece escultura
al aire (colosos, esfinges
), en templos y en palacios, no
sólo en tumbas como en el Imperio Antiguo. En este momento
también aparecen las estatuas bloque, aunque serán
más importantes en el Imperio Nuevo. No hay diferencias estilísticas
con el Imperio Nuevo.
Estatuaria
del Imperio Medio
Mentuhotep
Fue encontrado en su lugar de enterramiento. Es una escultura sedente
realizada en arenisca policromada. Tiene forma osiriaca: brazos
cruzados y barba postiza con punta curva. Sólo lleva la corona
roja y está envuelto en el manto de la fiesta del Sed. La
tez, muy oscura, resalta con los demás colores. Tiene las
piernas muy gruesas, con los pies muy grandes y los dedos muy separados.
Sesostris
III
Hay muchas representaciones de este faraón, seguramente estarían
realizadas con un molde. Sólo se conserva la cabeza, muy
deteriorada. Lleva el hureus y el nemes, que deja al descubierto
las orejas. En su rostro se pueden leer los signos de cansancio
y vejez. En otra escultura, aparece más joven, pero aún
así con ojeras y con los pómulos resaltados.
Cabeza de
mujer
Sólo se conserva la cabeza, que está realizada en
madera policromada. Es pequeña, de unos 10 cm. Se trata del
retrato de una mujer noble por la delicadeza con la que está
tratada.
Se busca la
representación de una expresión amable, se trata de
hacer un retrato personal. Lleva una peluca muy grande pero que
no acaba en caracola como era normal y en ella hay incrustaciones
de oro. Utiliza dos tipos de madera, una más blanca para
el rostro y otra más oscura para la peluca, que además
está pintada de negro.
Esfinges
Se trata de representaciones del faraón con cuerpo de león.
Siempre están tumbados. El modelo es la esfinge de Kefrén
en Giza. Siempre son de piedra. En la base siempre, y a veces también
sobre el cuerpo de la esfinge se encuentran jeroglíficos.
No hay diferencias estilísticas entre las del Imperio Medio
y las del Imperio Nuevo.
Esfinge de
Amenemhet (o Amenotep) III
Dinastía XII. La cabeza muestra una gran melena de león
e incluso las orejas son de este animal. Del nemes sólo se
ve el arranque, con el hureus, y encuadra el rostro de una manera
extraña. Lleva la barba postiza y tiene la mirada al frente.
Esfinge de
Hatshepsut
Hastshepsut era una reina de la XVIII dinastía, en el Imperio
Nuevo. Es muy parecida a la de Amenemhet en la caída del
nemes. El rostro femenino está muy idealizado y tiene una
barba descomunal.
Esfinge de
Tutmosis o Tutmés III
En esta el nemes cae normalmente y tiene las orejas del faraón.
Estatuas
Cubo
Las estatuas
cubo son otra de las grandes novedades de este periodo. Aparecen
en el Imperio Medio, pero las más importantes son del Imperio
Nuevo y se mantendrán durante la Baja Época.
Están
siempre hechas en piedra dura que deja partes lisas. Con estas esculturas
quieren dar permanencia al representado. Presenta a una persona
sentada en el suelo de manera que las rodillas llegan a la altura
de los hombros y se coge las piernas con los brazos. Están
envueltas en un manto. Se suelen poner inscripciones en alusión
a la persona.
En la Baja Época
a veces por debajo de la escultura se dejan ver y se trabajan los
pies, las manos y los codos. También en esta época
pueden llevar incorporada en la parte delantera otra escultura.
Estatua cubo
de Senemut
Con peluca y barba postiza, que dejan ver su importancia en la corte
Estatua cubo
de Senemut con la hija de Hatshepsut
Tiene la estructura angular más marcada. Se le retrata junto
a la princesa porque era su educador. La niña lleva el hureus
y la coleta típica de los niños
Estatua cubo
de Sennefer
Era un intendente de la dinastía XVIII. Formas más
lisas.
Estatuaria
del Imperio Nuevo
Sigue siendo
de pie o sedente, pero se da alguna novedad: hay un cierto sentido
estético, por lo que se hacen formas bellas, más esbeltas
y elegantes. La rigidez no es tan marcada y los rostros son amables
y tienen, en especial los femeninos, forma de corazón. Postura
de manos como en el Imperio Medio, con el puño en horizontal
encima del muslo o con las dos manos abiertas sobre el muslo; esto
último se va haciendo más frecuente.
Hapshepsut
Lleva el nemes, el hureus y las manos abiertas sobre los muslos.
No es escultura bloque; tiene la espalda muy rígida pero
sin necesidad de soporte.
Tutmosis
III
Es menos estilizada, pero aún así con rasgos algo
refinados. La mano derecha la tiene cerrada con un sello en vertical
sobre el muslo y la izquierda abierta.
Amenofis
II
Es un faraón oferente: se encuentra arrodillado ofreciendo
a los dioses las dos Tierras de Egipto, simbolizadas en dos vasijas
con tierra de cada una de las dos Tierras que lleva en las manos.
Mantiene los atributos del faraón.
Colosos de
Memnón
Los colosos se solían colocar delante de los templos, estos
están delante del de Amenofis III, que mandó hacer
un templo funerario lejos de su lugar de enterramiento, del que
lo único que queda son estos colosos y que parece que ya
en época faraónica comenzó a ser expoliado.
El nombre de
Memnón es de los griegos. Las estatuas representan al faraón
con las coronas del Alto y Bajo Egipto, pero ahora sólo se
aprecia el nemes de uno de ellos. De escultura exenta son los más
grandes que se conocen, con unos 20 m. de altura
Al lado de
las piernas hay estatuas de su madre y su mujer. El trono tiene
esculpidos en los laterales los genios del Nilo y las flores del
Alto y Bajo Egipto entrelazadas. Tienen las dos manos abiertas sobre
los muslos.
Ramsés
II
Ramsés fue un faraón de la XIX dinastía, aunque
hay quien dice que esta escultura representa a Seti I. Es la escultura
de Ramsés mejor conservada, apareció fragmentada pero
se reconstruyó. Es un estilo muy diferente, con la cara muy
afinada y un brazo extendido.
También
está vestido de forma distinta, con un traje que cubre todo
el cuerpo con una tele muy fina y plisada que se ajusta al nemes.
No hay nemes ni corona, sino la tiara de jefe militar, donde está
el hureus. No tiene respaldo y junto a sus piernas aparecen una
figurilla de su mujer y otra de su hijo. Lleva atributos de poder
y el puño izquierdo cerrado sobre el muslo y la derecha levantando
el cetro. Lleva sandalias.
Ramsés II de joven
Lleva una gran peluca con pequeños rizos que marcan el efecto
del claroscuro. En la peluca hay una gran importancia de la simetría
y está rodeada por una diadema sobre la que está el
hureus. Lleva un traje semejante al anterior, de una tela fina con
muchos pliegues finos en distintas direcciones. Lleva un gran collar
y el cetro de poder. Rostro con rasgos finos.
Coloso de
Ramsés II
Del templo de Ptah en Menfis. Las piernas están rotas pero
el resto se conserva en perfecto estado gracias a que cuando cayó
lo hizo sobre un charco. Lleva el faldellí de tela fina con
muchos pliegues. En una mano, lleva un sello. En los hombros lleva
cartuchos con su nombre. Su rostro es amable, con una ligera sonrisa,
que retrata el carácter bonachón del faraón.
Lleva el hureus sobre su cabeza.
La princesa
Mnenat
Parece ser que era Merit-Amón, una hija de Ramsés
II y Nefertari que, al morir esta, toma la dignidad de esposa real.
Tiene rasgos
amables, con una leve sonrisa. Está cubierta por una tela
fina que deja ver la anatomía. Lleva una gran peluca con
rizos que cae sobre el pecho dejando ver un collar. La lleva ceñida
con una diadema donde está el hureus y sobre ella lleva una
gran corona formada por huerus y discos solares. En la mano izquierda
lleva una figurilla, el mnenat, relacionada con la diosa Hathor
y que sólo llevaban las sacerdotisas.
Ramsés
III coronado por Seth y Horus
Se trata de un grupo escultórico en el que aparece el faraón
Ramsés III con una actitud muy similar al Imperio Antiguo,
adelantando la pierna, con los brazos pegados al cuerpo, los puños
cerrados, barba y faldellí. El faraón es coronado
por los dioses Seth y Horus que llevan la cruz de la vida y le miran,
formando una composición totalmente simétrica.
Maat y Thot
Representación muy pequeña, de madera policromada,
en la que Maat aparece en un tamaño mucho menor (jerarquización)
en forma humana con una gran pluma sobre la cabeza y Thot aparece
mucho más grande y con forma de Ibis.
La
etapa amárnica
Amenofis IV,
hijo de Amenofis III, de la dinastía XVIII, que reinó
en el siglo XIV, entre los años 1379 y 1362 aproximadamente,
se cambió de nombre a Ajnatón, que significa servidor
o adorador de Atón, aunque normalmente se dice Akhenatón.
Va a ser un
gran reformador en el aspecto social, político y sobretodo
religioso, lo que va a repercutir mucho en el arte, especialmente
en la escultura.
Va a promulgar
una serie de reformas sociales que le van a crear problemas con
los sacerdotes: mejor reparto de tierras entre el pueblo a costa
de mundo sacerdotal, mayor higiene en las viviendas, con letrinas,
conductos para el agua, animales fuera de las viviendas, etc. Tenía
un carácter místico, soñador.
Va a abolir
el politeísmo, cambiándolo por un monoteísmo
basado en la figura de Atón, el dios sol, que va a sustituir
a Amón. Esto produce un cambio en la arquitectura en cuanto
a la estructura de los templos, que van a ser templos solares que
recuerdan a los que había en el Imperio Antiguo.
Pese a construir
nuevos templos, no destruyó los anteriores. La estructura
del templo solar es más abierta. Tras los pilonos aparece
un gran patio abierto para la realización de sacrificios
tras el que hay un segundo gran patio con un gran altar rodeado
por otros 365 altares.
Akhenatón
decidió dejar Tebas y construir una nueva ciudad algo más
al norte y la llamó Ajnatón, ciudad del horizonte
de Atón, pero se conoce como Tel-Amarna. Se construyó
muy deprisa, en sólo 15 años, pero también
tuvo una vida muy corta, apenas 15 años, ya que se abandonó
muy pronto y se volvió a Tebas, pero como con una cierta
idea de volver, ya que no se destruyó y se han encontrado
casas tapiadas, por lo que en cierto modo se han conservado numerosas
esculturas.
Está
estratégicamente situada, a orillas del Nilo rodeada por
una escarpadura natural de manera que sólo se podía
acceder a ella por la orilla o por dos pasos al norte y al sur.
Estaba rodeada de estelas con la imagen del faraón. Había
4 palacios, templos y talleres artísticos.
La ideología
de este faraón es que la verdad debía ir delante de
todo. Esto se manifestará especialmente en las representaciones
del monarca, su familia y la nobleza en las que impera el realismo.
No es un realismo idealizado, sino que se refleja también
la fealdad, y por ello se representa al faraón con las malformaciones
físicas relacionadas con una enfermedad que sufría.
También
dentro de su ideología hay que destacar que no creía
en la vida de ultratumba, daba un gran valor a la familia, por lo
que en muchas ocasiones aparece jugando y besando a sus hijas y
con su esposa. Tenía una ideología pacifista que llegaba
a pretender prescindir de un ejército guerrero.
Son dos escultores
los que han desarrollado sobretodo el taller de Amarna: Beki, que
va a desarrollar un realismo exagerado, también llamado expresionismo
degenerado, y Tutmés, que sigue la misma línea pero
suavizando un poco las formas. Esta escuela nos va a dar una nueva
estética: figuras con el cráneo alargado, rostro muy
chupado, ojos oblicuos y medio cerrados, pómulos salientes,
labios carnosos y prominentes, barbilla redondeada y caída,
hombros caídos, brazos y manos muy largas y delgadas, pecho
hundido, vientre abultado y ligeramente caído con el faldellí
por debajo, pelvis muy marcada, muslos muy anchos y piernas muy
delgadas. Se conservan fundamentalmente representaciones del faraón
y su familia:
Coloso de
Akhenatón
Se trata de uno de los 28 colosos que parece que estaban en Karnak,
siete de ellos se encuentran en distintos museos del mundo. Responde
a todas las características anteriores. Tiene el rostro muy
alargado. Monarca tipo osiriaco, con el flagelo y el callado. Obra
d Beki.
Akhenatón
joven
Tiene el rostro alargado pero no tanto como en la anterior. Pertenece
al taller de Tutmés.
Nefertiti
Apareció en las ruinas del taller de Tutmés. Está
realizada en caliza policromada, que se conserva muy bien. Falta
por pintar un ojo, es posible que fuera un boceto. Tiene el cuello
muy alargado que acaba en un gran collar. Lleva la gran corona propia
de Nefertiti, de forma de cono invertido y ceñida con una
cinta. También lleva el hureus. A pesar de sus rasgos algo
alargados es una figura enormemente bella y elegante.
Akhenatón
y Nefertiti
Está realizada en caliza policromada. Aunque es muy pequeña,
tiene una gran majestuosidad. Aparecen cogidos de la mano. Nefertiti
aparece con la túnica propia del Imperio Nuevo de tela larga
y pegada al cuerpo con muchos pliegues. También lleva la
corona característica y el hureus. Akhenatón lleva
una tiara como la de Ramsés II.
Cabeza de
una princesa, probablemente Meritatón
Es una de sus tres hijas, Meritatón significa "la amada
de Atón". Tiene el cuello muy alargado, la barbilla
ligeramente caída, los ojos muy rasgados y el cráneo
muy deformado, quizá por un parto difícil.
Otra cabeza
femenina
De muy pequeño tamaño. Posiblemente pertenecía
a un arpa. Está realizada en maderas de distintos tipos en
los que quedan restos de policromía. Tiene las cejas y los
ojos huecos para rellenarlos con otros materiales. Seguramente se
trata de un personaje de la familia real. Reproduce los mismos rasgos.
Cabeza Salt
No pertenece a la escuela amárnica. Se dijo que podía
pertenecer a la IV o V dinastía, pero recientes estudios
han demostrado que pertenecía a la XVIII, no se sabe si anterior
o posterior a la época amárnica. En ella se da un
gran realismo, tiene los pómulos marcados pero no presenta
el resto de rasgos característicos de este taller. Tiene
una magnífica proporción. La cabeza está totalmente
trabajada, aunque falta una peluca que seguramente llevaba.
Cabeza de
niña
Tampoco es del estilo amárnico. No se sabe quién es,
pero por el tipo de rostro acorazonado está cercana a las
representaciones de, por ejemplo, Ramsés. Lleva una peluca
rizada recogida con una coleta que cae a un lado, típico
de los niños.
Relieves
Estela del
ofertorio a Atón
Vemos al faraón con su familia adorando al sol. A Atón
se le representa con el disco solar con numerosos rayos que acaban
en pequeñas manos, que bendicen y acarician a la familia
real y que a veces, como en este caso, llevan la cruz de la vida.
El faraón ofrece a Atón las dos Tierras de Egipto
simbolizadas en las dos vasijas de tierra. El faraón lleva
corona. También hay decoración floral.
El realismo
exagerado resulta especialmente visible en la figura del faraón.
Es un relieve típico del Imperio Nuevo en general, no sólo
de esta época, ya que es un hueco relieve, que marca más
el claroscuro marcando así mejor el relieve [esto se desarrolló
con la aparición de los pilonos]. Se mantiene también
la ley de la máxima claridad.
Escena familiar
El faraón aparece con Nefertiti y sus hijas, una en brazos
de Akhenatón, otra en los de Nefertiti y la tercera sobre
las rodillas de ésta. Los padres están acariciando
a sus hijas y Akhenatón parece estar a punto de besar a la
que tiene en sus brazos.
Nefertiti lleva
su corona característica. Presidiendo la escena aparece el
disco solar bendiciendo con los rayos de sus manos a la familia
real. Mismas características estilísticas a la anterior.
Otra escena
familiar
Muy parecida a la anterior. Una de las hijas está en el centro
y de pie. Las manos de los rayos del disco solar donde están
cercanas a Akhenatón y a Nefertiti llevan la cruz de la vida.
Relieve polícromo
de Semenkhare y la princesa Meritatón
Se conservan muy bien los colores. Es también una escena
familiar, Los rasgos son característicos de este periodo.
Sobre los hombros llevan joyeles.
En la pintura
se dan las mismas características de la escultura.
Tutankhamón
A la muerte de Akhenatón le sucedió su yerno Semenkhare,
casado con la hija del faraón Meritatón, pero sólo
reinó durante tres años. Ya con Senemkhare se dieron
ciertos cambios políticos y religiosos (por ejemplo, permite
que el nombre de Amón se pueda invocar en público,
acabando así con la exclusividad del culto a Atón).
Pero fue con Tutankhamón, un niño que parece que era
su yerno por estar casado con la tercera de las princesas, Ankhesenamón,
aunque también se ha dicho que pudiera ser su hijo y que
sucedió a Semenkhare, cuando se consuma el abandono de Amarna
y la restauración del culto de Amón, aunque sin abolir
el de Atón, que seguirá vigente hasta el reinado de
Seti I.
En la época
de Tutankamón se puede ver todavía una pervivencia
de Amarna, pero se va suavizando y van ganando terreno las notas
de ese bello estilo que comenzó Amenofis III y que continuará
Ramsés II.
Tutankhamón
de niño
En esta escultura todavía se ven las formas que recuerdan
al periodo amárnico, pero mucho más suavizado. Tutankhamón
reinó y murió muy joven, entre el 1345 y el 1335,
muriendo con unos 19 años. Se trata de una representación
alegórica en relación con el nacimiento de Horus sobre
el cáliz de una flor de loto, de la que emerge la cabeza
del faraón. Está realizado en madera estucada y policromada.
Pese a dejar la mirada al aire, hay una ligera expresividad.
Su tumba se
encuentra en el Panteón de los Reyes y se descubrió
en noviembre del 1922 por Carter, que entró en febrero del
1923 descubriendo el magnífico tesoro que allí se
guardaba. Hay muchas leyendas en torno a la apertura de esa tumba
relacionadas con enfermedades y muertes que sucedieron durante su
apertura y exploración.
Pese a ser un
hipogeo no tan complicado como las del resto del Imperio Nuevo,
se encontró prácticamente intocada. La tumba había
sido violada en la antigüedad, se cree que unos 10 años
después del enterramiento del faraón, pero es posible
que se descubriera el robo y la tumba se volvió a sellar
y se cerrar hasta su descubrimiento el siglo pasado.
Posiblemente
cayó un aguacero que arrastró la tierra a su alrededor
favoreciendo que permaneciera oculta. Los ladrones se debieron llevar
bastantes joyas, especialmente las que se encontraban más
al exterior, pero aún así queda un grandioso tesoro.
La tumba era tan rica, que hasta las puertas son muy valiosas, recubiertas
de oro con decoración de relieves, siempre en relación
con el mundo de ultratumba.
El ka de
Tutankhamón
Esta escultura muestra al faraón en tamaño natural
en actitud de caminar, pero con los dos pies sobre el suelo, como
era costumbre, Lleva sandalias, un velo que recuerda al nemes llamado
khat que le deja las orejas al descubierto y en el centro el hureus.
En las manos lleva el cetro y el callado. Tiene el vientre ligeramente
abultado, aunque es posible que esto fuera para resaltar la anatomía
y no por seguir el estilo amárnico.
Figurillas
del faraón
Se encontraron cientos de figurillas muy pequeñas del faraón
y también multitud de outsbeti (365 para cada día
del año, más 36 capataces por cada semana de diez
días y otros 12 por mes).
Hay una dorada
que representa la figura del faraón con la corona del Bajo
Egipto pescando. Lleva el faldellí y está sobre una
barca simbólica, dispuesto a lanzar el arpón. Los
pies ya no están pegado al suelo, pero sí lleva sandalias.
Hay un gran interés por el estudio anatómico, es muy
proporcionado. Está rompiendo el especio. Sus rasgos son
muy bellos.
Hay otra, con
el faraón con la corona del alto Egipto, que no está
del todo proporcionada. Lleva en las manos el flagelo y el callado
y está sobre una base apoyada en una pantera. Es una figurilla
claramente funeraria ya que la pantera en uno de los animales relacionados
con el mundo de ultratumba. Quizá esté relacionada
con el viaje que debe hacer el faraón. El faraón es
dorado y la pantera es negra con toques dorados. Tiene un rostro
joven y bello y los dos pies sobre el suelo.
Una tercera, también dorada, representa al faraón
como Osiris: con los brazos cruzados, envuelto en un sudario y con
los símbolos (hureus, callado y flagelo), pero sin barba
postiza. También presenta un rostro joven y bello.
Armario canópico
Se trata de un armario que a su vez contenía otros armarios
canopios en su interior. Debido a su gran tamaño tuvo que
ser armado en su interior. Es de madera recubierto por láminas
de oro.
En cada una
de las cuatro caras tiene a una diosa que de una forma u otra están
relacionadas con el mundo de ultratumba. Son esculturas exentas
doradas que están mirando al armario y tienen los brazos
abiertos en actitud protectora. No hay tanta armonía ni proporción
como en otras esculturas (tienen el tronco mucho más grande
que las piernas, los brazos muy finos pero muy largos, etc.).
Están
cubiertas con túnicas muy finas que dejan ver la anatomía
y llevan el khat. Las caras del armario estaban trabajadas pero
apenas se destaca. Remata con una terminación en gola con
una hilera de cobras con el disco solar policromadas en azules y
rojos que marcan un gran contraste. Está cubierto por un
baldaquino con la misma terminación.
El chacal
de Anubis
Se trata de un pequeño armario que contenía ungüentos,
perfumes, etc. cubierto de chapas de oro con relieves. Está
cornado por la figura de Anubis, que sirve como protector. Está
tumbado con mucha calma. Se trata de una figura llena de realismo.
Acusa mucho las orjeas y los huesos. Es de un tono oscuro con toques
de oro en las orejas, los ojos y el collar, y de plata en las uñas.
Trono de
Tutankhamón
Está realizado en madera y cubierto con policromía
y pedrería. Las patas terminan en garras de león y
en la parte alta tienen cabezas de este animal. Los brazos están
formados por águilas coronadas con las alas extendidas. Lo
más llamativo es el relieve en el respaldo del trono en el
que aparece una escena presidida por el disco solar con las manos
que veíamos en las representaciones de Amarna, algunas de
las cuales llevan la cruz de la vida. En ella, aparece Tutankhamón
sentado en un trono mientras su mujer le acaricia perfumándole.
Ambos llevan grandes pectorales. Es un bajorrelieve en el que hay
una preocupación por el volumen, que se va modulando, no
hay sólo dos planos.
La tumba
Se trata de un sarcófago grande de cuarcita rosa y granito
rojo [arte egipcio, 179]. En su interior había tres sarcófagos
más pequeños uno dentro del otro, realizados los dos
primeros con madera recubierta de oro y el último totalmente
de oro [82]. El intermedio lleva el nemes, la barba, el hureus y
el buitre y está representado como Osiris. Se encuentra cubierto
de relieves y policromado, con un predominio del azul y del rojo.
Tiene el rostro idealizado, muy proporcionado.
La momia se
encontró rodeada de multitud de amuletos y cubierta con una
máscara y un pectoral. La máscara era muy rica, realizada
en lapislázuli y oro. El nemes, en el que se encuentran la
cobra y el buitre, cae por delante. Hay una mayor frialdad que en
la anterior, no insinúa esa ligera sonrisa y tiene los ojos
más perdidos. El pectoral, realizado con oro y pedrería,
iba sobre la momia ajustándose a la forma anatómica.
En él, está representado el disco solar, un escarabajo,
dos dioses, etc.
Épocas
tardías
A partir de
la dinastía XXI comienza una crisis política y artística.
En la época saíta vuelve a haber un cierto renacimiento
artístico y más tarde el arte se verá influido
por Grecia y Roma. Así pues, a partir de este momento no
va a haber grandes innovaciones. Lo único que merece la pena
destacar es el uso de otros materiales en la escultura: metal, principalmente
bronce, incustraciones de pedrería, etc.
La reina
Koromana
Pertenece a la dinastía XXII, en el siglo VIII. Es una figurilla
no muy grande realizada en bronce con incustraciones de otros metales
y recubierta en algunas zonas (brazos y cara) por láminas
de oro.
Es muy similar
estilísticamente a lo anterior. Lleva los brazos hacia delante
abiertos, seguramente llevaba un sistro en las manos. Lleva la cabeza
alta mirando al frente, con una peluca del estilo de las de Ramsés
y con el hureus. Lleva una túnica, con las mangas cortas
que sobresalen, muy pegada al cuerpo dejando ver una anatomía
muy perfecta, hay idealización. Tiene los ojos y la boca
más pequeños y las formas son más minuciosas.
La cabeza
verde
Pertenece a la dinastía XXX, del siglo IV a.C., y está
realizada en pizarra verde. Posiblemente es la cabeza de un sacerdote,
que seguramente formaría parte de una escultura de cuerpo
entero.
En todo caso
representa a un hombre maduro con un gran realismo y una gran preocupación
anatómica, pero parece más bien el retrato de un tipo
humano, revestido de una gran autoridad, que de un individuo concreto,
debido a la absoluta simetría de los pliegues del ceño,
de las patas de gallo de los ojos y de las arrugas labio-nasales
y a que está demasiado rígido y hay una excesiva simetría
y geometrización.