Juan
de Mesa y Velasco.
Biografía y Obra
Juan de Mesa
y Velasco nació en 1583 en Córdoba. Fue
uno de los escultores más relevantes del barroco andaluz.
Pertenece a
la primera generación de discípulos de Martínez
Montañés. Ingresó en su taller de Sevilla
a los veintitrés años, llegando, incluso, a superar
al maestro. Quizás ésta sea la causa por la que su
nombre permaneció durante tres siglos oculto a la historia
y sus obras hayan sido atribuidas a Martínez Montañés.
En
la actualidad, Juan de Mesa está considerado como uno de
los representantes más importantes del realismo sevillano.
Se dedicó casi en exclusividad a las imágenes procesionales,
realizando numerosos estudios anatómicos de figuras humanas
reales, vivas y muertas, para luego plasmarlas en sus obras con
gran realismo. Ésta fue su gran aportación.
Su producción
se sitúa dentro de la estética barroca. Sus desnudos
revelan un gran conocimiento de la anatomía humana, los rostros
de sus figuras reflejan una intensa vida interior y los ropajes
de sus personajes crean intensos contrastes de luz.
Destaca la serie
de crucificados que realizó a partir de los modelos de Montañés.
En ellos refleja distintos momentos de la Crucifixión, donde
expresa con gran dramatismo el proceso y la muerte de Jesús.
En algunas ocasiones Jesús aparece vivo, en otras, muerto.
Suele representarlos con tres clavos y de un tamaño mayor
que el natural. Capta a la perfección la anatomía
del cuerpo, pudiéndose apreciar la tensión de los
músculos, los tendones y las venas y la expresividad del
rostro. Sobresalen el Cristo del Amor y el Cristo de la
buena muerte (1620) como ejemplos de la representación
de Cristo muerto, mientras que los de la Conversión del
Buen Ladrón (1619) y el Cristo de la agonía
(1622) lo muestran aún vivo.
Cristo
de la Buena Muerte
Es una escultura
en madera policromada. Presenta un estudio realista de la anatomía
y transmite dulzura y suavidad. Aparece sin la característica
corona de espinas de los crucificados de Mesa.
Jesús
del Gran Poder
Es una de sus
obras más conocidas. Fue realizado en 1620 para la cofradía
del Traspaso de Sevilla. La talla muestra la influencia del Jesús
de la Pasión de Montañés, pero Mesa ofrece
una versión de mayor dramatismo y expresividad, conseguida
gracias a las huellas del sufrimiento del rostro y de la curvatura
de la espalda.
Este Nazareno
es el más paso más popular de la Semana Santa de Sevilla.
Elaboró
imágenes de Yacentes, como la del Santo Entierro sevillano
y la que forma grupo con la Virgen de las Angustias de Córdoba,
en las que se centra en transmitir el dolor de la Madre.
También
esculpió imágenes de la Virgen, con y sin el Niño,
como La Inmaculada Carmelitana del convento de las Teresas
de Sevilla, la Virgen del Hospital de Antezana de Alcalá
de Henares y la Virgen de las Cuevas. Entre los temas de
santos destacan el San José con el Niño de Fuentes
de Andalucía, San Juan Bautista, San Ramón Nonnato
o los santos jesuitas del Puerto de Santa María.
Juan de Mesa
falleció muy joven, a la edad de cuarenta y cuatro años,
a causa de una tuberculosis, por lo que su carrera artística,
de estilo elegante, realista y lleno de expresividad, quedó
interrumpido.