Biografía
y obra de Ricardo Bellver
Ricardo Bellver
Ramón nace en Madrid en 1845. Es miembro de una familia de
escultores valencianos, por ello, sus primeras enseñanzas
las recibe de su padre, Francisco Bellver.
Posteriormente,
amplió sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San
Fernando y en 1874, obtiene una pensión para ir a Roma a
estudiar en la Academia de España.
Desde
Roma envía como pensionado una serie de obras en las que
se aprecia un completo dominio del neoclasicismo. La primera de
ellas es El entierro de Santa Inés.
Su estilo se
caracteriza por una perfecta combinación de la estética
neoclásica con un dramatismo propio del romanticismo y por
un gran realismo en los detalles.
A partir de
1878 es cuando cosecha sus mayores éxitos gracias a su obra,
El ángel caído, que obtuvo la primera medalla
en la Exposición de Bellas Artes. El ángel caído
fue realizado durante su estancia en Roma, en 1874, por iniciativa
del duque Fernán Núñez, que donó una
importante cantidad de dinero para llevar a cabo el proyecto.
Es una obra
de gran originalidad, ya que se trata de un monumento dedicado al
diablo. Un desnudo juvenil con grandes alas y con una serpiente
enroscada al cuerpo, que se apoya sobre un tronco. El rostro expresa
un grito desesperado por librarse con la mano del rayo que lo derriba.
Supone un extraordinario
estudio anatómico de un cuerpo en tensión, con reminiscencias
clásicas y barrocas y una gran preocupación por el
dinamismo y la fluidez.
Por lo insólito
del tema, no le faltaron críticas, pero fue tanto el interés
que despertó, que hizo que el Museo del Prado donase la estatua
al pueblo de Madrid y se colocase en el Parque del Retiro.
Para el Ministerio
de Ultramar (hoy Ministerio de Asuntos Exteriores), elabora la estatua
de Juan Sebastián Elcano, de carácter teatral
y rica en detalles. El personaje, de gran fuerza interior, aparece
empuñando el timón de la nave.
En el resto
de su producción, se muestra más sumiso a los modelos
antiguos y a las exigencias descriptivas del momento. No pudo eludir
la corriente historicista de la época, como queda de manifiesto
su terminación goticista de la catedral de Sevilla.
En el sepulcro
del cardenal Martínez Silíceo, en el Colegio de
Doncellas Nobles en Toledo, sigue modelos renacentistas. Bellver
se inspiró en el del cardenal Cisneros de Alcalá de
Henares, con una estatua yacente con ropas episcopales y adornado
con guirnaldas y cuatro estatuas sedentes en los ángulos.
Otro sepulcro
es el del cardenal Lastra y Cuesta, en la catedral de Sevilla,
de estilo neoplateresco. En éste la estatua aparece orando
de rodillas sobre el túmulo, y el basamento está decorado
con guirnaldas y con dos estatuas de ángeles sentados.
De su escultura
religiosa, sobresalen las dos estatuas de los apóstoles San
Andrés y San Bartolomé, realizadas para San Francisco
el Grande. Ambas de inspiración barroca.
El San Bartolomé
lleva una túnica con una ancha faja, con la mano izquierda
desenrolla un pergamino y con la derecha muestra un objeto. Presenta
gran tensión interna.
El San Andrés,
con un violento gesto, es un hombre recio, calvo, con barba que
porta en su mano izquierda la cruz del suplicio.
La Virgen del
Rosario de la iglesia de San José de Madrid presenta ecos
manieristas.
Ricardo Bellver
fue un excepcional artista que cultivó todos los géneros.
Demostró gran dominio tanto en la escultura exenta como en
el relieve. La popularidad de la que gozó a partir de su
Ángel caído hizo que fuese nombrado académico
y director de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Finalmente,
falleció en Madrid el 20 de diciembre de 1924.