Pirre-Auguste
Renoir. Biografía y Obra
Pierre-Auguste
Renoir nació en Limoges (Francia) en 1841. Estudió
en las Escuelas Cristianas, y desde pequeño mostró
gran afición por la música y el dibujo, lo que lo
llevó a trabajar como decorador de porcelanas en la empresa
"Lévy Frèvres" y posteriormente en la empresa
de tejidos Gilbert.
Decidido a dedicarse
a la pintura, estudió en la Escuela de Bellas Artes y frecuentó
el taller del Charles Gleyre. Allí conoció a Bazille,
a Sisley y a Monet. Cuando Gleyre cerró su taller, Renoir
y sus tres amigos fueron a Fontainebleau para pintar al aire libre
siguiendo las enseñanzas de la escuela de Barbizón.
Se interesaron por captar la luz directamente del natural y por
los efectos cromáticos y lumínicos. Así van
desarrollando numerosos conceptos del Impresionismo.
Renoir
enviará varias obras al Salón Oficial que serán
rechazadas. Esto mismo les ocurrirá a sus compañeros
impresionistas, por lo que en 1874, deciden celebrar una exposición
conjunta en los locales del fotógrafo Nadar. Fue la primera
exposición impresionista, a la que Renoir envió su
obra El palco.
Desnudo al
sol (1875), representa a una la modelo que posa semidesnuda,
dejando ver su torso. Lo principal en este cuadro son la luz y el
color, y en segundo término, la figura humana. La luz que
incide sobre su cuerpo crea un atractivo juego de luces y sombras,
los contornos aparecen difuminados pero no se pierden las líneas
de la figura.
Baile en
el Moulin de la Galette (1878), es una de las obras más
famosas del impresionismo. Le Moulin de la Galette era un molino
situado en la cima de Montmartre, un lugar de ocio para la bohemia
parisina, donde se organizaban bailes amenizados con una orquesta.
Renoir, en su
deseo de representar la vida moderna, inmortaliza este lugar, plasmando
la impresión de un momento. Es una escena al aire libre,
una reunión de jóvenes para divertirse. Su principal
interés reside el tratamiento de las figuras y en la representación
de la luz.
En el lienzo
La señora Charpentier con sus hijos, se preocupa por
captar la atmósfera de los interiores.
El almuerzo
de los remeros representa a un grupo de trabajadores divirtiéndose.
Es una escena vital, alegre, dinámica. Para realizar este
cuadro el artista reunió a sus más cercanos amigos
y modelos en la terraza de "L´Auberge du Père
Fournaise", un restaurante famoso en la isla de Chatou, al
oeste de París y a orillas del Sena.
En primer plano
a la izquierda, la muchacha de perfil con el perro, es Aline Charigot,
la que más tarde se convertirá en su esposa. A su
lado, de pie y con sombrero de paja está Alphonse Fournaise,
propietario del restaurante. Su hija, a la derecha de él
y apoyada sobre la baranda, escucha al barón Raoul Barbier,
un íntimo amigo de Renoir.
A la derecha,
aparecen sentados la actriz Ellen Andrèe y el artista Gustave
Caillebotte junto al periodista Maggiolo, este último, de
pie.
La escena es
alegre, jovial, de gran realismo y dinamismo. A pesar de la utilización
del color negro, todo el espacio está tocado por la luz.
Es un trabajo minucioso, de pequeñas manchas y con un rico
colorido.
Hasta 1879 había
formado parte de las tres exposiciones de los impresionistas, pero
a partir de ese año deja de hacerlo, prefiriendo por el contrario,
exponer en el Salón Oficial para poder ganarse así
el favor de la crítica, de los marchantes y de los coleccionistas.
Irá apartándose cada vez más de la técnica
del Impresionismo.
En 1881 realiza
un viaje a Italia, visitará Venecia, Florencia y Roma, donde
podrá admirar las obras de los maestros del Renacimiento
y del Barroco, especialmente Rafael. En estos años, la pintura
de Renoir vive un periodo de crisis, conocido como "periodo
seco". Llega a la conclusión de que no sabe pintar y
que debe aprender a introducir el dibujo en sus obras. Se interesará
por la pintura de Ingres y cuidará más su dibujo,
haciendo hincapié en el modelado, al tiempo que emplea un
colorido más frío y suave.
En La Maternidad,
la definición de las líneas y de la luz demuestra
que ya se había alejado de la pintura de los impresionistas.
Su
lienzo Los paraguas, es el punto de inflexión de su
producción. Sigue representando el bullicio y la vitalidad,
pero la tonalidad es más fría, limitado por la línea,
sobre todo los paraguas, de formas geométricas contundentes.
Las Grandes
Bañistas es un excelente ejemplo de su nueva manera de
pintar. Adopta contornos precisos y un colorido frío. A pesar
de ello, las modelos comunican una intensa sensualidad y alegría
de vivir.
Sus continuos
ataques de reuma lo llevaron a buscar un clima más apacible,
por lo que se traslada a Cagnes, sobre todo en invierno. Las dolencias
reumáticas, cada vez más fuertes, atacan a sus piernas
y brazos. Como no podía caminar, lo llevaban en silla de
ruedas hasta el caballete. La deformidad de sus manos le obligaba
a atarse los pinceles entre los rígidos dedos para poder
pintar. Pero Renoir no se desanimó y su capacidad de trabajo
fue excepcional hasta que en 1919 murió.
Las obras de
su etapa madura están caracterizadas por un potente modelado.
El color es aplicado con pinceladas rápidas y relajadas,
las tonalidades rojizas serán las preferidas. Recupera el
interés por la luz de sus años juveniles. Será
célebre por sus desnudos femeninos, de formas gruesas, que
pueden recordar a Rubens. Destacan Desnudo tumbado de espaldas
y Las Bañistas.
Pierre-Auguste
Renoir consideró a esta última como la síntesis
de las investigaciones de toda su vida. Presenta el volumen, el
color, la luz, el cromatismo nacarado y la figura femenina.