Técnica
del Relieve
El relieve en
general suele ser bajorrelieve, que en el Antiguo será un
bajorrelieve en dos planos mientras que en el Imperio Medio y Nuevo
va a ser fundamentalmente un hueco relieve. Esto es especialmente
remarcable en los relieves que se encuentran
al exterior porque con esta técnica la luz del sol marca
mucho más fácilmente los contornos.
En
la pintura suele haber colores muy llamativos, brillantes, claros
y con tonos siempre planos. Predomina el dibujo, la línea,
que contornea las figuras y marca todos sus rasgos y demás
detalles. Esta línea suele ser de color oscuro.
Para pintar
una pared primero hay que prepararla, dando primero una capa de
tierra y paja húmeda para uniformizar tras la que, una vez
se ha secado, se aplica una capa de lucido de cal y agua, que da
una tonalidad blanquecina y uniforma.
Después
se dibuja y por último se colorea. Los colores están
hechos de agua, cola y yema de huevo. En el Imperio Nuevo a veces
se daba una ligerísima capa de barniz. A veces también
se usó cera o miel. El color se aplicaba o bien con juncos
con la punta aplastada o mascada, para realizar los detalles, o
bien con unas brochas formadas con fibra de palma atada, para las
superficies más amplias. Los colores son siempre naturales,
y los más utilizados son el blanco, negro, verde, azul y
rojo, especialmente las tonalidades ocres. Las figuras suelen estar
destacadas sobre un fondo liso blanquecino o amarillento, pero siempre
claro.
En la temática
se dan los tres principales temas, pero predominan los temas de
ultratumba con representaciones de la vida cotidiana. En el Imperio
Antiguo es muy escasa, en el Imperio Medio es cuando empieza a generalizarse
y es en el Imperio Nuevo cuando llega a su esplendor, especialmente
en las dinastías XVIII y XIX. El relieve se va a colorear,
pero no hay que confundirlo con la pintura en relieve, que se consigue
al pintar cuando el estuco está todavía mojado.
El
relieve
Pilonos de
Medinet
Este relieve pertenece a los relieves que narran las hazañas
de un faraón. Técnicamente, es un bajorrelieve con
los contornos marcados y hay una jerarquización por tamaños
(entre la figura del faraón y otros cazadores).
Aparece representado
el faraón Ramsés III, de la XX dinastía, presidiendo
una cacería de toros. Se encuentra subido a un carro tirado
por dos caballos y está en actitud de ir a lanzar una flecha.
Debajo de él hay otros cazadores en un tamaño mucho
menor pero con la misma actitud. Para representar el espacio vegetal
hay agua y una cañada. En un registro superior hay un príncipe
cazando antílopes, pero está mucho peor conservado.
En el otro pilono
está representado el faraón en un gran tamaño
alzando una maza para golpear con ella a unos enemigos a los que
ha hecho prisioneros, que están representados en un tamaño
mucho menor.
Tumba de
Ramose
Ramose era un visir del faraón Amenofis III. En esta escena,
los parientes de este personaje están celebrando su banquete
fúnebre. Es un bajorrelieve (no hundido) en el que se conservan
restos de policromía.
Seti I haciendo
una ofrenda
En este relieve aparece el faraón Seti I con una bandeja,
representada con perspectiva abatida, en la que lleva comida como
ofrenda. Conserva restos de policromía, como la piel en un
tono rojo oscuro para los hombres.