
Obra
y biografía de Rafael Moneo
Introducción
a la figura del arquitecto Rafael Moneo
Rafael Moneo
Vallés es uno de los representantes más destacados
de la arquitectura española contemporánea. Nació
en Tudela, Navarra, el 9 de mayo de 1937. Cursó sus estudios
en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
y colaboró en varios proyectos con Francisco Javier Sáenz
de Oiza. Cuando obtuvo el título de arquitecto, trabajó
con Jorn Utzon en Hellebaek (Dinamarca), el autor del famoso edificio
de la Ópera de Sydney.

Un año
después de colaborar con Utzon, recibió una beca de
dos años para estudiar en la Academia Española en
Roma. Asumió la tradición nórdica y la grecolatina,
que se mantendrán a lo largo de su trayectoria.
En
1965 vuelve a España e inicia aquí su carrera profesional
como arquitecto y como profesor en la Escuela Técnica Superior
de Arquitectura de Madrid. Luego vivió durante casi diez
años en Barcelona, donde fue catedrático de Elementos
de Composición en la Facultad de Arquitectura, hasta que
en 1980 se le ofreció el puesto de catedrático de
composición en la Escuela de Arquitectura de Madrid.
Es partidario
de investigar la ciudad y enlazar con su pasado. Para Moneo, la
arquitectura debe estar por encima de un deseo estilístico
concreto. Se decanta por una arquitectura que tenga identidad propia,
que sea fruto de un proceso de reflexión específico
en cada caso. De este modo, la obra nace marcada por el lugar, por
su pasado y por su función futura.
Mantiene referencias a maestros de todos los tiempos y sus materiales
constructivos preferidos son la piedra y el ladrillo.
Obras
de Rafael Moneo
La
Fábrica Diestre (1964-1967)
En la Fábrica
de Transformadores Diestre (Zaragoza), ajusta el espacio a los diversos
usos fabriles superponiendo volúmenes crecientes que culminan
en la gran nave de montaje. La utilización artesanal del
ladrillo y la calidad del diseño en los detalles rememoran
a Aalto.
Aquí
Moneo plantea soluciones que desarrollará en el Museo de
Mérida, el gran espacio jerarquizado a través de la
estructura vista y los lucernarios.
El
Edificio Bankinter (1972-1977)
La obra supone
la ampliación de una construcción preexistente, el
Palacio del Marqués de Mudela, de estilo clasicista. El nuevo
edificio se levanta sin que la función de un edificio bancario,
que ya estaba estereotipada, condicionase su forma. Moneo busca
que haya un entendimiento con el antiguo edificio y con su entorno
y que además, se adapte a las necesidades de un edificio
bancario.
Proyecta así
aparcamientos subterráneos, salón de actos, patio
de operaciones, espacios para trabajo burocrático, sala de
juntas, etc. Conjuga los volúmenes curvos y rectilíneos.
Los accesos circulares definen un volumen curvo, que es el salón
de actos y sobre él, se encaja un cuerpo rectilíneo.
Conecta con
el palacio preexistente a través del ladrillo anaranjado
y remata el conjunto con un friso de Francisco López Hernández
que anuncia el carácter burocrático.
El
Ayuntamiento de Logroño (1973- 1981)
El solar, estaba
ocupado antes por el antiguo Cuartel de Alfonso XII y se hallaba
próximo al casco antiguo. El edificio, por tanto, debía
mantener su carácter institucional y relacionarse con el
entorno preexistente.
La obra se compone
de un gran volumen en sentido horizontal que se corta por diagonales
que definen dos alas (la administrativa y la pública) y una
amplia plaza. Las dos fachadas dan a la plaza, la corta es maciza,
con robustos soportales y la larga, presenta delgados pilares de
marquesina. Emplea la piedra de salamanca para el revestimiento.
El
Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (1980-1985)
El proyecto
tenía dos condicionantes, la conservación in situ
de los hallazgos arqueológicos y la relación que debía
existir entre el museo y el recinto del teatro y del anfiteatro.
La solución
de Moneo consiste en dos cuerpos de edificación separados
por la calzada romana y conectados por una pasarela que se eleva
sobre los restos arqueológicos. Uno de los edificios alberga
al museo y sus almacenes y en el otro, se encuentran los talleres
de restauración, la biblioteca, el salón de actos
y otras dependencias administrativas.
Centro
Kursaal, San Sebastián (1999)
Se sitúa
frente al mar Cantábrico, en la desembocadura del río
Urumea. Está compuesto por dos enormes cubos de vidrio translúcido,
que buscan la armonía entre lo natural y lo artificial. Moneo
lo describe como unas "rocas varadas" junto al Cantábrico.
Entre ambos
cubos se forma una gran terraza transitable con vistas hacia el
mar. Además, están conectados bajo tierra y albergan
un auditorio, una gran sala de cámara, salas polivalentes,
salas de exposiciones, un restaurante y un aparcamiento.
Otras obras
son la Estación de Atocha en Madrid (1992), el Aeropuerto
de Sevilla (1992), la Fundación Pilar y Joan Miró
en Palma de Mallorca (1992), el Auditorio de Barcelona (1999),
el Museo de Bellas Artes de Houston (2000), la Catedral
de Los Ángeles en California (2002) o la Ampliación
del Museo del Prado en Madrid.
