
Biografía
y obra de Ponciano Ponzano
Ponciano Ponzano
nació en Zaragoza en 1813. Era hijo de un conserje de la
Academia de San Luís y desde pequeño mostró
gran afición por dibujar y pintar.

Se formó
como escultor en Madrid, junto a Álvarez Cubero, de quien
aprende la plástica neoclásica. Obtiene una pensión
de la Academia de San Fernando para completar sus estudios en Roma
gracias al relieve Entrega del rey niño Alfonso XI a la
reina y al infante don Pedro por el obispo don Sancho de Ávila,
un asunto histórico nacional.
En
Roma tiene la oportunidad de contemplar el pasado grecorromano de
la mano de maestros como Thorwaldsen y a Tenerari. Durante este
periodo consiguió ciertos éxitos modelando obras de
contenido dramático. Destaca la que realizó para su
envío de pensionado, Ulises reconocido por Euricles,
con tan buena crítica, que a su vuelta a España fue
nombrado académico de mérito.
Desde entonces,
elaboró numerosos bustos, varios relieves y obras de ornamentación,
estatuas y monumentos funerarios.
Para el conde
de Toreno creó un gran grupo, El diluvio universal.
Representa a un hombre desnudo, que sube llevando a hombros a su
madre para salvarla de la inundación.

Convertido en
escultor oficial de la corte isabelina desde su regreso a España,
tuvo una carrera brillante. En 1848 gana el concurso para elaborar
el frontón del Congreso de los Diputados frente a
Piquer, Medina y Pérez del Valle. Tanto las figuras, como
todo el conjunto han sido confeccionados dentro de un distanciado
historicismo arqueológico. Representa los poderes que la
Cámara tenía en esa época mediante alegorías.
España con el Ebro y el Tajo; el Valor, la Justicia y la
Paz que aluden a la Constitución; las Ciencias; las Bellas
Artes y la Navegación, la Industria y el Comercio, que hacen
referencia a la ciencia, a las artes y a la agricultura.
También
ejecutó los dos leones de bronce para la escalinata de acceso
al edificio, en una tendencia más realista.

Para la iglesia
de San Jerónimo, hizo el tímpano de la portada,
en estilo neomedieval. También se encargó de la
decoración del Paraninfo de la Universidad Central,
en la calle San Bernardo en Madrid y del Panteón de los
Infantes del Monasterio de El Escorial.
En el terreno
retratístico, obtuvo numerosos encargos. En algunos de sus
bustos se mostró más realista, ya que cuando no trabajaba
condicionado por la significación del personaje, prestaba
mayor atención al natural. Ejemplo de ello son El busto
del Doctor Lera y el de José Madrazo.
