
Mariano
Salvador Maella.
Biografía y obra
Mariano Salvador
Maella nació en Valencia en 1739. Sus primeras
lecciones artísticas las recibió de su padre, un pintor
valenciano poco conocido, que descubrió las facultades de
su hijo para el dibujo y lo envió a Madrid para que se formara
junto a Felipe de Castro, quien lo introducirá en el gusto
neoclásico.
En 1752 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
y recibe clases de Antonio González Velázquez, el
profesor de pintura de la institución, con cuya hija se casará
años más tarde.

En 1757, cuando
acaba sus estudios, viaja a Roma por su cuenta para contemplar las
grandes obras clásicas, reforzando su gusto academicista.
A su regreso
a Madrid es nombrado Académico de mérito gracias a
los éxitos obtenidos en la capital italiana y comienza a
colaborar en la decoración del Palacio Real de Madrid
bajo la dirección de Mengs. El gusto neoclásico
de Mengs influirá de forma decisiva en él.
En
1774, cuando es nombrado pintor de Cámara, centra su labor
artística al servicio de la Monarquía. Abarcará
numerosos campos y variados géneros como la pintura al fresco,
al temple, el retrato, la marina y el género religioso.
El tiempo
descubriendo la Verdad, Hércules ante la Virtud y
el Vicio, La apoteosis de Adriano y La unión
de las Virtudes Cardinales son algunos de los frescos decorativos
que realizó en el Palacio Real de Madrid.
En Aranjuez
ejecutó las Cuatro Estaciones, La agricultura
y los cuatro elementos o España y las cuatro partes
del mundo, con los escudos de España, Parma y Austria
y las alegorías del Comercio, Industria y Bellas
Artes.
Junto a Francisco
Bayeu, fueron los dos pintores mejor considerados en Palacio
tras la marcha de Mengs y aunque entre ambos hubo cierta competencia,
en alguna ocasión se les encargaron obras en común,
como en la colegiata de La Granja o en la Catedral de Toledo.
Al mismo tiempo,
colaborará en la Real Fábrica de Tapices y
realizará numerosos retratos de la familia real, convirtiéndose
tras la marcha de Mengs, en el retratista oficial de la Casa Real.
Destacan el retrato de Carlos III con el hábito de su
Orden; el de la Infanta Carlota Joaquina con un vestido
de color rosa y portando un canario en la mano derecha; La familia
de Carlos IV y un Autorretrato.
Los temas religiosos
también abundan en su producción de esta época.
Trató la figura de la Virgen y creó un tipo de Inmaculada
que repetirá a lo largo de su vida. Entre los mejores ejemplos
son la que tenemos en el Palacio de Aranjuez y en San
Francisco el Grande.
Otras obras
religiosos son San Antonio de Papua, San Esteban,
Descendimiento, Santo Tomás de Villanueva repartiendo
limosna y San Carlos Borromeo dando la comunión a
los apostolados de Milán.
Su actividad
en los sitios reales fue intensa y brillante, llegó a ser
Director de Pintura de la Academia de San Fernando en 1792 y más
tarde, Director General.
En 1799 será
nombrado Primer Pintor de Cámara y encargado de la custodia
y restauración de todos los Reales Sitios.
Cuando se produce la caída de Carlos IV y llega al trono
José I, la situación de Maella cambia. Seguirá
manteniendo su cargo y sirviendo al nuevo monarca francés,
por lo que será tachado de afrancesado y en el momento en
que Fernando VII regresa al trono, es apartado de la Corte con una
pensión de 12.000 reales anuales. Vicente López le
sustituirá como Primer Pintor de Cámara y también
como Director de la Academia de San Fernando.
Mariano Salvador
Maella muere finalmente en Madrid el 10 de mayo de 1819. Es uno
de los principales artistas de la Ilustración.
