
Grupo
El Paso
El Paso surge
durante la posguerra española gracias a un grupo de
artistas vanguardistas que se propusieron acabar con el estancamiento
en el que se encontraba el arte español en ese momento. Su
intención era renovar el panorama artístico que la
posguerra había paralizado.
Con el nombre
de El Paso querían indicar su conciencia de no ser más
que un estallido, breve y necesario, en el avance de la pintura
española contemporánea.
Los componentes
del grupo eran Rafael Canogar, Luís Feito, Juana Francés,
Manuel Millares, Antonio Saura, Antonio Suárez, los escultores
Pablo Serrano y Martín Chirino y los críticos Manuel
Conde y José Ayllón. Poco después se sumaron
los pintores Manuel Rivera y Manuel Viola.
Su manifiesto
fundacional fue publicado en 1957.
"EL
PASO es una "actividad" que pretende crear un nuevo estado
del espíritu dentro del mundo artístico español.
EL
PASO nace como consecuencia de la agrupación de varios pintores
y escritores que por distintos caminos han comprendido la necesidad
moral de realizar una acción dentro de su país.
EL
PASO pretende crear un ambiente que permita el libre desenvolvimiento
del arte y del artista, y luchará por superar la aguda crisis
por la que atraviesa España en el campo de las artes visuales
(sus causas: la falta de museos y de coleccionistas, la ausencia
de una crítica responsable, la radical separación
entre las diferentes actividades artísticas, la artificial
solución de la emigración artística, etc.)
Creemos
que nuestro arte no será válido mientras no contenga
una inquietud coincidente con los signos de la época, realizando
una apasionada toma de contacto con las más renovadoras corrientes
artísticas.
Vamos
hacia una plástica revolucionaria -en la que estén
presentes nuestra tradición dramática y nuestra directa
expresión- que responda históricamente a una actividad
universal.
Conscientes
de la inutilidad de la discusión sobre los términos
"abstracción-figuración", "arte constructivo-expresionista",
"arte colectivo-individualista", etc., nuestro propósito
es el de presentar una obra auténtica y libre, abierta hacia
la experimentación e investigación sin fronteras,
y no sujeta a cánones exclusivistas y limitados. Propugnamos
un arte recio y profundo, grave y significativo.
Luchamos
por un arte hacia la salvación de la individualidad, dentro
del signo de nuestra época.
Nos
encaminamos hacia la transformación plástica en la
cual encontrar la expresión de una "nueva realidad".
Y
hacia una antiacademia, en la que el espectador y el artista tomen
conciencia de su responsabilidad social y espiritual.
La
acción de EL PASO durará mientras las condiciones
antes expuestas se mantengan en nuestro país".
Aunque
todos ellos poseían una trayectoria previa individualizada,
tomaron como punto de partida estético el gestualismo abstracto
o la pintura de acción. Hacen una pintura en la cual la figuración
está casi ausente, se adentran en la abstracción pictórica
y experimentan con materiales y texturas. Los protagonistas son
.el gesto, la pincelada violenta y empastada, el arañazo
al lienzo, el dripping, el empleo de la arpillera, la tela metálica,
la arena, los objetos pegados, etc.
En mayo de 1960,
cumplidos sus propósitos iniciales, el grupo se disolvió.
Su labor ha sido fundamental en el desarrollo del Informalismo
en España.
Los
Miembros de el Grupo El Paso
Manuel Viola
fue uno de los pioneros del Informalismo español. A su regreso
de Francia, a mediados de los años cincuenta, ya se observa
en su producción una briosa gestualidad.
Rafael Canogar
era el más joven del grupo y el más abstracto de todos.
Realiza una serie de obras muy gestuales, próximas al gestualismo
del action painting americano, donde predominan las tonalidades
ocres, los grises, el blanco y el negro. Después, evolucionará
hacia la figuración, con una pintura de temática social
realista.
Luís
Feito se adentra en la abstracción hacia 1953 y tiende
a la simplificación y la geometrización, predominando
en sus composiciones el círculo como forma geométrica.
La mayoría de sus obras carecen de título, por lo
que suelen reconocerse con una numeración que se les asigna.
Martín
Chirino es uno de los representantes más destacados de
la escultura abstracta española. Se centra en piezas de hierro
forjado que él mismo denomina "herramientas poéticas
e inútiles". La composición es siempre mínima
y de una gran lógica en sus articulaciones.
Manolo Millares
reivindica el valor de la materia como vehículo de expresión,
empleando diferentes materiales como escayolas o cuerdas. Se caracterizó
por el uso de la arpillera (tejido de estopa muy basto usado para
hacer sacos), que en principio ocupaba una parte de la superficie
de la obra y finalmente, se convirtió en el soporte.
Dedicó especial atención al negro, ya que favorecía
el efecto dramático que el artista pretendía lograr.
Manuel Rivera
da gran importancia a los materiales empleados. Incorpora la tela
metálica en sus obras abstractas, lo que le permite trabajar
el carácter espacial. Su carácter constructivo lo
diferencia de la gestualidad del resto del grupo.
Antonio Saura
se interesa por el trazo masivo, libre, violento y desgarrado y
por una paleta cromática reducida al blanco y al negro. Un
buen ejemplo es Crucifixión.
Antonio Suárez
posee un lenguaje pictórico con gran carga violenta dominada
por el rojo.
Juana Francés
era la única mujer del grupo. Practica una pintura informalista
de sobria paleta y empastes arenosos.
