Obra
y biografía de Antonio López García
Antonio López
García nació en 1936 en Tomelloso, Ciudad Real. Sus
padres eran labradores acomodados y él, era el mayor de cuatro
hermanos. No continuó con el oficio familiar, ya que desde
joven demostró un gran talento con el dibujo, por lo que
su tío Antonio López Torres, un pintor local de paisajes,
le animó a dedicarse a la pintura.
Su
primera formación la recibió de su tío y en
1949 se instala en Madrid para preparar el ingreso en la Escuela
de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Allí estudia pintura
entre 1950 y 1955, coincidiendo con diversos artistas con quienes
conformó un grupo realista.
Al acabar sus
estudios viaja a Italia becado por el Ministerio de Educación
Nacional.
Su actividad
transcurre entre Tomelloso y Madrid hasta el año 1960. En
1961 se casa con María Moreno, también pintora, y
tienen dos hijas, María y Carmen. Entre 1964 y 1969 imparte
sus enseñanzas como profesor encargado de la Cátedra
de Preparatorio de Colorido en la Escuela de Bellas Artes de San
Fernando.
En sus primeras
obras se observa cierta influencia del quattrocento italiano, como
se puede observar en la rotunda definición de los volúmenes
de Josefina leyendo (1953).
Su interés por la solidez plástica y por las composiciones
precisas hace que se sienta atraído por Cézanne y
por el cubismo en temas relacionados con su entorno familiar en
Tomelloso. Por ejemplo, Mujeres mirando los aviones (1954).
La obra de Salvador
Dalí ejerció en él una destacada influencia,
tomando el gusto acusado por la realidad y el predominio del dibujo
sobre la pintura. A partir de 1957, su obra presentará cierto
aire surrealista. Las figuras y objetos que aparecen en sus cuadros
flotan en el espacio, son imágenes sacadas de contexto que
se relacionan de forma conflictiva.
Trabaja en esta
línea fantástica hasta 1964, un ejemplo es Atocha,
finalizada ese mismo año.
Pero desde 1960,
cada vez son menos los cuadros en los que se recurre a esos mecanismos,
mostrando mayor interés por la fidelidad en la representación.
Siente predilección por los temas cercanos, las escenas caseras,
las imágenes de su familia, de su mujer y sus dos hijas.
Los objetos y los acontecimientos de la vida cotidiana serán
los protagonistas de sus cuadros y los tratará con un enorme
detallismo fotográfico. En su producción también
abundan las vistas madrileñas y los elementos sacados de
la propia naturaleza.
Algunos ejemplos
son Los novios, Taza de water y ventana, Cuarto de baño,
Membrillos y granados, Madrid desde Torres Blancas
o La Gran Vía.
Otras obras
son Antonio y Carmen, Carmencita de comunión,
Mari en Embajadores, La parra, La alacena,
Casa de Antonio López Torres, Cuarto en Tomelloso,
El jardín de atrás, Calle de Santa Rita,
Madrid desde el Cerro del tío Pió, Madrid
Sur y El campo del Moro.
Pinta con gran
lentitud, de forma meditada, buscando la esencia del objeto representado.
Sus cuadros se desarrollan a lo largo varios años, retocándolos
en infinidad de ocasiones hasta que los considera definitivamente
acabados.
Antonio López
expresa así su forma de pintar: "Una obra nunca se acaba,
sino que se llega al límite de las propias posibilidades"
o "Cuando estás pintando por ejemplo una calle, lo que
estás viendo es tan extraordinariamente impresionante que
a mí, desde luego, me cuesta muchísimo trasladar una
parte de aquello. Eso es lo que me hace tardar tanto. Yo no puedo
resolver todo ese espectáculo con rapidez"
Su creación
abarca desde lo pictórico hasta lo escultórico. Sus
esculturas son de gran verismo, como Hombre y mujer.
Antonio López
es uno de los representantes del realismo contemporáneo
español. Su obra se caracteriza por un sentido investigador
de la realidad y está considerado como el padre de la escuela
hiperrealista madrileña. Su estilo ha influido en numerosos
artistas como Toral o Villaseñor.
En el año
1985 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias y
en enero de 1993 es nombrado miembro de la Real Academia de San
Fernando.
El director
de cine Víctor Erice filmó en 1992 El sol del membrillo,
en el que se recoge el proceso creativo del artista mientras pinta
un membrillero del patio de su casa.